El miércoles 27 de abril se reunió por primera vez el Grupo de Expertos Net-Zero de la ONU. En la reunión, los representantes trataron de delinear directrices más estrictas para las empresas y otras entidades no estatales. En un llamamiento a la acción, el Secretario General de la ONU, António Guterres, dijo: «El mundo está en una carrera contra el tiempo. No podemos permitirnos los lentos, los falsos o cualquier forma de lavado verde».
Pero, ¿qué es el «greenwashing»? Esencialmente, el término se refiere a las marcas que presentan sus productos o prácticas empresariales como respetuosas con el medio ambiente cuando sus afirmaciones son, de hecho, dudosas. Esto permite a las empresas aprovechar el deseo de los consumidores de ser más conscientes del medio ambiente sin cambiar sus procesos o hacer las inversiones necesarias para producir productos de forma sostenible. La palabra tiene su origen en el término «blanqueo», que hace referencia a los escenarios en los que se intenta presentar una situación desafortunada bajo una mejor luz.
Las tácticas engañosas de diferentes empresas han llevado a la confusión a los consumidores que intentan tomar decisiones sostenibles y hacen difícil precisar el significado de los compromisos climáticos de las diferentes marcas. Un ejemplo de «greenwashing» sería que una empresa dijera que sus productos «ahora están hechos con un 50% más de material reciclado», cuando la cantidad de material reciclado pasó del 1% al 1,5%. Aunque esta afirmación no es técnicamente falsa, da a los consumidores la impresión de que están tomando una decisión respetuosa con el medio ambiente cuando no es así.
Algunos de los culpables más notorios del lavado verde son las marcas de moda rápida. Las tendencias en constante cambio de esta industria exigen una producción a velocidad de vértigo y animan a los consumidores a perseguir un materialismo sin fin. Por estas razones, entre otras, la industria de la moda es actualmente una de las más contaminantes del mundo. En 2015, las emisiones de la producción textil sumaron más que las emisiones de gases de efecto invernadero de los vuelos y del transporte marítimo, superando a estas partes del sector del transporte, que emiten mucho carbono.
Dado que muchos consumidores de moda rápida son jóvenes que suelen preocuparse por el cambio climático, marcas como ZARA y H&M intentan comercializar sus productos como sostenibles para ganarse a estos consumidores. Por ejemplo, afirmaciones como «el poliuretano producido de forma más sostenible» no significan nada cuando no hay forma de producir este producto plástico de forma sostenible.
A partir de estos pocos ejemplos, es evidente que los consumidores pueden confundirse fácilmente con afirmaciones de «sostenibilidad» vagas o sin sentido por parte de las empresas. Aunque los gobiernos de algunos países, como la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos, todavía tienen mucho margen de maniobra en lo que respecta a los compromisos y las afirmaciones de las empresas sobre el clima. Con el Grupo de Expertos Net-Zero, la ONU pretende establecer normas claras para ciudades, regiones, empresas e inversores.
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Fuentes:
‘We cannot afford greenwashing’: Guterres highlights key role of Net-Zero experts
Hasan Minhaj Takes On the Fast Fashion Industry in the Latest Patriot Act
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