En el fraude dirigido a los adultos mayores, los criminales emplean diferentes métodos para dirigirse a sus víctimas.
El fraude se basa en la apropiación indebida de las finanzas de los adultos mayores, o el abuso en el control de dichos recursos.
Este delito pueden cometerlo personas cercanas a la víctima, abusando de su confianza, o un desconocido, que empleará el teléfono o el correo electrónico.
El contenido de dicha estafa versa sobre diferentes preocupaciones vinculadas al envejecimiento, como, por ejemplo, los costes de medicamentos o cobertura sanitaria y temas de índole financiera.
“Muchos casos de fraude de ancianos no habrían ocurrido en absoluto si la víctima hubiera hablado con un amigo, familiar o cuidador sobre lo que estaba sucediendo. El problema es que muchas personas mayores están aisladas y no tienen a nadie a quien recurrir”, recuerda el Centro Internacional sobre Envejecimiento (CENIE).
Este organismo indica también que a medida que envejecemos es habitual que disminuya la capacidad mental, lo que puede influir en la toma de decisiones.
Para prevenir este tipo de situaciones, desde el CENIE recomiendan vigilar las cuentas bancarias ante cualquier transacción repentina. En el caso de ser un cuidador o familiar de la víctima, advierten que las personas que han sufrido una estafa, en muchas ocasiones no desean reconocerlo, por lo que los “cambios en su comportamiento pueden ayudarte a detectar problemas financieros”.
FUNIBER patrocina una gran variedad de programas universitarios destinados a aquellos profesionales que deseen ampliar su experiencia para ofrecer el trato más adecuado hacia las personas de mayor edad. Uno de los cursos ofrecidos es la especialización en Gerontología Sanitaria Aplicada.
Fuente: Cómo evitar y detectar el fraude: Guía para personas mayores y sus cuidadores.
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