Educación alimentaria, arma contra la malnutrición en personas adultas mayores

La malnutrición es un problema que puede agravar con consecuencias nefastas la calidad de vida de las personas, en especial en colectivos de riesgo como las personas adultas mayores

Un estudio realizado por expertos en el campo de la nutrición y de la salud remarca la problemática de la desnutrición en la etapa del envejecimiento.  El objetivo de la investigación es el desarrollo e implantación de medidas de fácil aplicación en los protocolos de Atención del Adulto Mayor para la detección precoz de problemas de malnutrición en personas de edad avanzada.

El rápido envejecimiento poblacional hace que los especialistas de la salud pongan su foco en diversas áreas que influyen en el bienestar y calidad de vida de las personas adultas  mayores.

Una de ellas es, sin lugar a duda, el tema de la nutrición y su clara y contrastada influencia directa para con el estado físico y mental de las personas y, en especial, en el estado de las personas adultas mayores.

La malnutrición representa una de las principales preocupaciones para todos los niveles de atención sanitaria, desde la atención primaria hasta la especializada. Asimismo, la desnutrición o ingesta inadecuada de alimentos es uno de los problemas más comunes en edades adultas mayores.

El abanico de alteraciones resultantes de una alimentación desequilibrada es amplio. La malnutrición provoca una disminución de la capacidad de llevar a cabo actividades básicas de la vida cotidiana, derivando en enfermedades o acelerando su evolución y, por ende, influyendo negativamente en la calidad de vida y longevidad de colectivos más vulnerables como las personas adultas mayores.

En la conclusión del estudio se remarca la importancia de una educación alimentaria de calidad, tanto para los profesionales de la salud en su obligación de establecer pautas y aconsejar a los pacientes, como para la población en general y en especial para las personas adultas mayores.

Se recalca la urgencia de establecer pautas para una educación primaria rica en una cultura alimentaria y nutricional consciente en todos los niveles de la sociedad como arma infalible para la prevención de la malnutrición en edades más avanzadas.

Asimismo, se recomienda la aplicación de programas específicos para la promoción de la salud y educación nutricional llevada a cabo por enfermeras y dirigidos a adultos mayores e insertados asimismo en programas de preparación para el jubilado.

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Fuente: Detección de personas mayores en riesgo de desnutrición

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