Bailar previene enfermedades mentales, cardíacas y musculares

Estudio demuestra que bailar brinda múltiples beneficios para las personas de la tercera edad

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) incluye entre sus principios a favor de la tercera edad el derecho de aprovechar las oportunidades para desarrollar plenamente su potencial. La autorrealización es un aspecto fundamental tanto para la salud física y psíquica de la persona como para su integración social. Muchos son  los estudios que afirman que actividades como leer, estudiar o visitar museos ejercitan la memoria y ayudan a prevenir enfermedades mentales como el Alzheimer o la demencia, pero, ¿y si es posible mejorar tu salud física, emocional y mental con tan solo una actividad?

A menudo, son muchas las personas mayores que por viudedad, soltería o abandono de su familia se sienten aisladas de la sociedad y entran en un proceso de depresión que mina poco a poco su salud. Para ellos la práctica del baile es fundamental ya que ayuda a eliminar el estrés y la depresión y mejora la confianza y autoestima de la persona afectada, ayudándola además a integrarse en la sociedad y a hacer nuevos lazos afectivos tan necesarios para los ancianos en su desarrollo social.

De acuerdo con un estudio publicado en el New England Journal of Medicine, el baile estimula el cerebro humano e impide la aparición de la demencia en el proceso de envejecimiento. Estos estudios advierten que el natural encogimiento del hipocampo en edad adulta, una de las principales regiones del cerebro relacionada con el funcionamiento de la memoria y las emociones, puede evitarse o al menos reducirse con la práctica de ejercicio aeróbico. Además, estudios científicos recientes con personas de la tercera edad ( publicados en The New England Journal of Medicine) afirman que practicar algún tipo de baile de forma frecuente ayuda a prevenir los efectos de enfermedades mentales como el Alzheimer y otras manifestaciones de demencia: algunas personas que padecen Alzheimer son capaces de volver a recordar memorias ya olvidadas para ellos cuando bailan músicas que ya conocían. Thomas Prohaska, decano del College of Health and Human Services de la Universidad George Mason en Virginia (Estados Unidos) afirma que “Con la danza coreográfica, uno no sólo ejercita el cuerpo, sino que también escucha música y se mueve al unísono».

Pero esto no acaba aquí, el baile disminuye las posibilidades de padecer otras enfermedades mayormente acusadas entre la población mayor como son la diabetes, obesidad, hipertensión, osteoporosis o deficiencias cardíacas gracias a la pérdida de peso, al aumento de energía, a la mejora de la flexibilidad y resistencia y a la mayor fuerza muscular que proporciona dicha actividad.

Además, es una realidad que las personas mayores (más de 65 años) son quienes sufren más caídas mortales, y según declara la Organización Mundial de la salud (OMS) cada año se producen 37,3 millones de caídas cuya gravedad requiere atención médica. Por ello es de gran importancia realizar actividades que mejoren el equilibrio, la fuerza y la movilidad, especialmente entre los ancianos que padecen enfermedades musculares y mentales como la artritis o el Parkinson.

Bailar es integrarse en la sociedad, es ejercitar el cuerpo y la mente, es recordar memorias que ya parecían olvidadas, es estimular el cerebro. En conclusión, bailar es vivir.

FUENTES:

Sura

Mejorconsalud.com

 

Autor: Ángela Ruiz Terán

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