De acuerdo con la profesora de inglés como lengua extranjera Zorana Petricevic, crear clases relacionando los intereses de los alumnos es una de las mejores maneras de hacer que el aprendizaje sea más interesante
El enfoque más grande de una clase de lenguas debería ser la comunicación y la comprensión entre uno y otro. Así lo considera Zorana Petricevic, miembro de la English Language Teachers’ Association of Montenegro.
La profesora de inglés montenegrina cree que el vocabulario y la gramática sirven sólo para que se usen en la vida real. Por lo tanto, es importante que las situaciones vividas de modo cotidiano puedan ser llevadas al aula como una técnica humanística de enseñanza, en la que se pueda influenciar de manera significativa la manera en cómo los alumnos aprenden.
En el artículo publicado en la revista EFL Magazine, Petricevic define la Educación Humanística como el reconocimiento del estudiante en su propio universo, lo que implica sus sentimientos, experiencias, esperanzas, sueños, creencias, valores y sentimientos. La profesora se basa en un artículo de Moskowitz, que por primera vez abordó el tema en la publicación «Caring and Sharing in the Foreign Language Class» en 1978.
La profesora pone como ejemplo un proyecto en el que ha explorado la creatividad con sus alumnos. Cada grupo debía crear una casa divertida, explicando y presentando qué tenía esa casa que la hacía tan divertida. En esta tarea, había dos invitados que escuchaban las presentaciones y, en seguida, comentaban cómo se sentían en esta casa divertida.
Para finalizar el proyecto, la profesora invitó a una persona nativa de Estados Unidos para contar cómo era su casa, presentando fotografías y mostrando modos típicos de vivienda. Los niños después podían hacer preguntas. La presencia de una persona nativa del idioma inglés generó el interés y la participación de los alumnos, que pudieron intercambiar información con alguien que domina la lengua.
Petricevic analiza los resultados de la actividad como especialmente positivos para aquellos alumnos más débiles en el idioma, puesto que ganaron confianza para aprender y usar la lengua. Además, la profesora vio cómo los alumnos que dominan más el inglés ayudaron a los que sabían menos.
«Ellos aprendieron que la empatía, el trabajo grupal y la cooperación dan resultados. Aprendí que no necesito enseñar todo el tiempo. A veces, sólo estoy al lado y silenciosamente guío a los alumnos por el viaje de aprender inglés», relata la profesora Petricevic.
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Fuente: Humanistic techniques in english language teaching
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