OPINIONES FUNIBER: “el profesorado es un actor central del proyecto social de cualquier país”

Alexander Cordovés, Doctor en Antropología Social por la Universidad Federal de Santa Catarina, (Brasil) y profesor de la Maestría de Educación, patrocinada por FUNIBER, será uno de los profesionales invitados al III Encuentro de Educación – FUNIBER Brasil 2018, que se realizará los días 24, 25 y 26 de enero en la ciudad de Florianópolis.

Bajo el título “Innovación para los desafíos educativos del siglo XXI”, estas jornadas pretenden aunar a profesores, alumnos y profesionales del mundo de la educación con el objetivo de debatir acerca del sistema educativo actual.

En este acto, FUNIBER realizará, entre otras actividades, el lanzamiento del e-book del II Encuentro de Educación, celebrado en 2017, con los autores invitados. Entre los ponentes se encuentra el profesor Cordovés, quien será el encargado de iniciar la programación con la exposición y debate: “Profesores y escuelas: más que certezas, cuestiones.”

A continuación, Cordovés desgrana algunas de las ideas principales del papel que profesores, escuelas y gobiernos han de jugar en la conformación de los futuros ciudadanos.

El profesorado es parte esencial de una escuela. ¿Cómo se constituye esa relación, en general, entre la institución escolar y la actuación profesional del educador?

Es importante destacar que esta es una relación histórica y establecida. Esto significa que su conformación es particular para diferentes contextos y que ésta responde a las condiciones en que se ha construido la historia en cada lugar. No obstante, es válido subrayar que toda institución escolar –pública o privada– responde a un proyecto político. La escuela es una institución de poder y en ella se expresan las expectativas e intereses de los grupos de poder que sobre y desde ella actúan. Pero también responden a los intereses de un estado. A eso la actuación profesional debe “ajustarse”. Debe responder a ese proyecto. Pero no es tan simple porque cada educador es portador de intereses, particularidades, saberes y formaciones heterogéneas. Esto, de por sí, hace de la escuela un espacio sociocultural diverso. Al final, la práctica profesional se realiza en un inter-juego de relaciones que propone la institución, y las maneras de cada docente de poner en práctica ese proyecto. En estos casos se expresan relaciones de aprobación y de resistencia al proyecto, unas abiertas y otras sutiles. Pero esas particularidades de constitución de relaciones también responden a la localización de la escuela, los usuarios o la historia de la propia institución, entre otros muchos factores.

¿Existe una forma ideal para esta relación que represente beneficios para el proceso de enseñanza-aprendizaje?

Si se pudiese pensar en una forma ideal, tendría que ser una que encuentre un punto de equilibrio, donde la actuación del profesorado (entiéndase participación), permita satisfacer los intereses institucionales (estatales, regionales, locales, privados) y los del profesorado que actúa. Y aún, los del alumnado, que también participa con sus propios intereses y expectativas.

¿Cuáles deberían ser los principales compromisos de los profesores con la institución en que participan?

Ante todo, un compromiso ético. No significa reproducir lo que la institución establece. No debe pensarse en el profesorado como un operario que maneja una máquina. Es necesario pensar también en los compromisos que debería tener la escuela con el profesorado. Esos compromisos son siempre relacionales. Y van más allá de la escuela. Es un compromiso social que debería orientarse al tipo de ser humano que el proyecto de escuela pretende formar. ¿Será que siempre la escuela ofrece el proyecto que el profesorado considera mejor? Ese proyecto es siempre ideológico.

Por otro lado, ¿qué debería aportar la escuela para un trabajo eficiente del profesorado?

Posibilidad de participación en la construcción del servicio que ofrece esa escuela. Porque, a fin de cuentas, es la práctica del profesorado lo que puede decir cuán “correcto” es el proyecto que propone la escuela. Eso significa, también, posibilidad de poder satisfacer sus propias necesidades, siempre dentro de una relación ética.

¿Qué opinión merece la frase del catedrático de Didáctica y Organización Educativa de la Universidad de Barcelona (España), Francesc Imbernon, quien afirmó: “La lucha por el desarrollo profesional es una lucha reivindicativa. Por ejemplo, es una lucha para mejorar las condiciones laborales y las condiciones sociales”?

El profesorado, para cualquier sociedad, es un actor central para realizar el proyecto social que pretende quien está en el poder. Lamentablemente, en la mayoría de los países, además de trabajar, el profesorado tiene que movilizarse para luchar por mejorar sus condiciones de trabajo. Esto habla de la prioridad de los gobiernos frente a la actuación del profesorado y de cómo permiten satisfacer sus necesidades como personas. La profesión se entiende, desde hace ya tiempo, como algo técnico, como si se estuviera controlando una máquina. Esto ha generado una carga de trabajo importante muy difícil de satisfacer. Las enfermedades relacionadas con la práctica docente aumentan. De esta forma, se desvelan las condiciones de trabajo y es necesaria la lucha y la reivindicación. Pero también por un proyecto de escuela que satisfaga mejor lo que la sociedad esté demandando, más que lo que los políticos creen que la sociedad necesita. Y en eso el profesorado tiene un papel principal, porque su práctica va diciendo qué se necesita, lo que funciona, lo que no. Claro que no es el único medidor, pero es uno muy importante.

¿Cómo la capacitación a través de programas de maestrías, como los patrocinados por FUNIBER, pueden ayudar al profesorado a alcanzar su desarrollo profesional?

La formación continua del profesorado es fundamental. La sociedad se mueve hacia niveles muy elevados de especialización. Por otro lado, la producción de saberes y conocimientos ha alcanzado ritmos vertiginosos, a la vez que resulta difícil procesar toda la información que se produce. En los programas de capacitación, en especial los que promueve FUNIBER, se ofrecen no sólo actualizaciones importantes, desde el punto de vista de la información actualizada. También se ofrecen contenidos complementarios a la formación inicial, contenidos que esa formación no ofrece. Pero sobre todo, es una manera de que participen de las discusiones que se están desarrollando en ámbitos académicos sobre sus propias prácticas.

La participación en el III Encuentro de Educación que organiza FUNIBER del 24 al 26 de enero en Florianópolis (Brasil) es gratuita pero es necesaria la inscripción previa en la web del evento debido a la capacidad limitada del Hotel Recanto Marista, ubicado en el barrio de Itacorubi, donde se realizará el evento. Para todos aquellos que no puedan asistir de forma presencial, se realizará una transmisión online por medio del canal de streaming de FUNIBER.

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