La gran revolución de internet ha hecho que el impartir clases virtuales a distancia sea algo habitual en nuestro día a día y mantener la comunicación es lo más importante.
Años atrás no imaginábamos que esto llegara a ser posible, pero así es. La comunicación entre los participantes de este proceso debe ser esencial, puesto que profesores y tutores deben guiar al alumno para que pueda fomentar el “autoestudio”. La comunicación debe ser efectiva, y normalmente se efectúa por medio de la escritura. El hecho es que una de las principales causas de abandono del alumno puede ser debido a la mala comunicación entre profesor-alumno. “El auto aprendizaje sin ninguna comunicación ni apoyo, no se suele incluir bajo el concepto de educación a distancia” (pag.68 del documento preparado por la UNESCO). Para que esto no ocurra, el tutor debe ser capaz de ofrecerle la ayuda y recursos necesarios al alumno, de forma que éste se sienta cómodo en su desarrollo educativo.
Las tutorías virtuales a través de la red pueden efectuarse de distintas maneras y es imprescindible que permitan llevar a cabo las acciones formativas. Éstas pueden ser sincrónicas (chats, videoconferencias, pantallas compartidas…) o asincrónicas (correo electrónico, foro de discusión, FAQ…). Además de las vías mencionadas anteriormente, también podremos recurrir a los medios tradicionales así como el fax o el teléfono, las guías de estudio, los encuentros cara a cara. Esto puede servir de complemento exitoso a formas más sofisticadas como las anteriores expuestas. Las tutorías en cursos de educación a distancia deberían tener mucho parecido a las efectuadas en cursos tradicionales.
Algunas investigaciones realizadas muestran datos acerca de lo que piensan los alumnos de los cursos a distancia en general y del servicio de tutorías en particular. “St. Pierre y Olsen (1991 en Moore y Karsley, 1996) investigan y encuentran una serie de factores que contribuyen a la satisfacción del estudiante en estos cursos, así como la oportunidad de poder aplicar los conocimientos, la devolución puntual de los trabajos, las conversaciones con el profesor, la importancia de los contenidos del curso o una buena guía de estudios”. Todos estos factores han de ser obligatorios para una buena comunicación profesor-alumno. La labor del tutor es imprescindible, y la importancia del “cara a cara” es cada vez más necesaria.
No podemos olvidar hacer un paso general por lo ya mencionado previamente, el tutor y las tutorías a través de la red, son aspectos de vital importancia; por ello, no se debe improvisar sino que han de estar perfectamente planificadas así como cualquier integrante del curso. No podemos dejar lugar a la improvisación y el tutor debe estar cualificado y debe tener muy claro su papel dentro del curso.
En definitiva, por muy grande que sea la distancia que nos separe, no podemos olvidarnos que trabajamos con personas y nuestra labor es que éstas alcancen satisfactoriamente las metas que se propusieron en un principio, es decir, lograr el propósito del curso.
Autor: Aitziber Fernández
Foto: Todos los derechos reservados
BIBLIOGRAFIA:
FUNDESCO (1998): «Teleformación: un paso más en el camino de la Formación Continua”. Fundesco. España.
Marcelo, C. y Lavié, J.M. (2000): Formación y Nuevas Tecnologías: Posibilidades y condiciones de la Teleformación como espacio de aprendizaje. Bordón, 52 (3), pp. 385-406.
Moore, M. y Kearsley, G. (1996): Distance Education: A Systems View. Wadsworth Publishing Company. Belmont, California.