Una escuela no tiene que significar necesariamente un espacio cerrado, con salas llenas de mesas y sillas, horas rígidas y poco espacio para la libertad y autonomía de los alumnos. Diversas experiencias por el mundo muestran que otro tipo de escuela es posible; escuelas que apuestan por nuevos espacios, por otros horarios, por nuevas dinámicas y, principalmente, por la atención a los alumnos y sus procesos de aprendizaje y construcción de conocimiento aliados a la transformación del rol de los profesores.
Muchos fueron los motivos que llevaron esas escuelas a apostar por una nueva manera de educar: los elevados niveles de evasión y abandono escolar, el desinterés de muchos alumnos y el interés exclusivo en el desempeño y en exámenes de admisión. Los desafíos eran muchos, pero las experiencias a continuación son ejemplos muy buenos de alternativas a esa realidad. Las escuelas están en Brasil, sin embargo, en todos los países, instituciones de enseñanza ofrecen nuevos modelos de aprendizaje.
. Politeia (San Pablo, SP)
“A todo momento los estudiantes aquí están ganando y produciendo conocimiento, alimentando el conocimiento del otro a través de cambios y, más importante, comprendiendo el funcionamiento del mundo real, donde no somos apenas espectadores en sillas estáticas, somos protagonistas, con poder de decisión y de transformación.”
Osvaldo Souza, profesor
La escuela Politeia respeta los intereses de cada estudiante, bien como su ritmo y sus limitaciones. Estimula el contacto entre niños de diferentes edades, que son motivados a pensar por sí, para desarrollarse de forma autónoma. Promueve valores democráticos y éticos en la realización de trabajos grupales con énfasis en las responsabilidades de cada alumno, sus actos y consecuencias.
. Instituto Lumiar (San Pablo, SP)
“Para Lumiar, el currículo debe ser vivo, hecho que acontece en la medida en la que todos lo construyen y lo viven, planeando y re planeando las acciones en sintonía con las necesidades y demandas colectivas e individuales.”
Célia Maria Piva Cabral Senna, Directora Pedagógica
El Instituto Lumiar pone el alumno como sujeto activo y trae al contexto del alumno los contenidos y las habilidades trabajadas, para tornar la experiencia de aprendizaje más rica. Tiene como objetivo expandir la capacidad del alumno y mantenerlo motivado, considerando lo que es de interés de cada alumno, con la orientación del profesor.
. Centro Popular de Cultura e Desenvolvimento (CPCD) (Belo Horizonte, MG)
“No tiene la ‘hora de jugar’. El aprendizaje puede ser un juego constante. ¿Será qué es posible uno crear esa escuela? ¿Una escuela qué sea una escuela alegre, placentera? ¿O la escuela tiene qué ser el servicio militar obligatorio a los 7 años?”
Tião Rocha, antropólogo, educador y fundador
El CPCD acredita en la creación de un espacio donde los niños puedan de hecho “ser niños” y considera el ‘jugar’ como el mejor estímulo para crecer como ser humano, no perfecto, pero completo. Espacio horizontal donde adultos y niños mezclan sus visiones del mundo al aprender y enseñar conjuntamente. Se basa en distintas pedagogías originales, como la pedagogía de la rueda, del juguete, del jabón, del abrazo y del vaso lleno.
. Escola Viva Inkiri (Piracanga, BA)
“No tenemos un descanso porque nadie está cansado.”
Ivana Jauregui, educadora y fundadora
La Escola Viva Inkiri se basa en los principios espirituales del ser humano, promueve la transformación interna y la valorización de la libertad de elección de los alumnos. Los profesores estimulan el desarrollo, la descubierta y la experimentación de los niños por medio de actividades como la carpintería, la cocina y la sala de artes. Promueve aún valores como el respeto y la solidaridad y ofrecen un ambiente libre de cualquier tipo de presión o pre juicio. La escuela no cierra en feriados, vacaciones o finales de semana.
. Centro Integrado de Educação de Jovens e Adultos Campo Limpo (CIEJE) (San Pablo, SP)
“La escuela tiene que salir de la teoría e ir a la práctica, tiene que inspirar, alimentar la curiosidad y desarrollar habilidades, a través de la participación de los alumnos, profesores educadores y de la comunidad escolar. La escuela es ‘aburrida’ porque presenta todo hecho y listo, igual para todos, no está abierta al diálogo, ni a la construcción conjunta de su currículo.”
Êda Luiz, directora
El CIEJE se basa en la ideología de la educación libertaria y está pautada por la flexibilidad de horario, que permite que los alumnos puedan frecuentar las clases sin que eso perjudique sus actividades profesionales. En el lugar de las asignaturas habituales, integra diferentes áreas desde un modelo pedagógico propio, basado en cuatro áreas de conocimiento: Lenguajes y Códigos, Ciencias Humanas, Ensayos Lógicos y Artísticos, y Ciencias del Pensamiento. Promueve un ambiente de integración entre jóvenes que fueron expulsados de otras escuelas, adultos que decidieron volver a estudiar y deficientes, basado en valores como respeto, solidaridad y responsabilidad.
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Fuente: http://fnbr.es/1dq
Fotografía: Algunos derechos reservados a Neil Palmer CIFOR / Flickr