Nuestro mayor dolor de cabeza, nuestra asignatura pendiente: el inglés. Parece que ya hemos empezado a darnos cuenta de su importancia. Las escuelas de idiomas se llenan, exigimos un nivel mínimo en el ámbito universitario, cada vez más y más centros ofrecen programas bilingües.Queremos hablar inglés, queremos que los más jóvenes se apliquen y le den importancia a los idiomas. ¡Y lo que nos ha costado llegar hasta aquí!.
En el pasado año 2014 se implantaron en Cantabria, España, las llamadas PEI (pruebas estandarizadas de inglés). Estas pruebas contaron durante el curso 2011-2012 con una fase de experimentación en algunos centros voluntarios y otra de ampliación durante el curso siguiente. De esta forma, en el curso 2013-2014 quedaron oficialmente implantadas estas pruebas de carácter obligatorio, dirigidas a los alumnos de 6º de primaria y 4º de la ESO (educación secundaria obligatoria). Los primeros optarían al reconocimiento del nivel A1 y los segundos al certificado del nivel básico (A2). El examen adoptó el mismo formato que muchos otros exámenes oficiales de idioma: comprensión oral y escrita y expresión oral y escrita. En este curso 2014-2015 dichas pruebas volverán a repetirse.
“Ventajas y desventajas”
Esta nueva medida por parte de la Consejería de Educación proporciona a los alumnos el reconocimiento y fruto de su trabajo en idioma inglés a su paso por todo el sistema educativo obligatorio. Se espera que, además, estas pruebas despierten el interés y la preocupación en los alumnos de ir profundizando y ampliando sus estudios en lengua extranjera, incluso si no cursan la enseñanza no obligatoria. Los alumnos no deben olvidar que los títulos son sólo un apoyo a la hora de demostrar sus destrezas y que deben esforzarse por mantener el nivel que van adquiriendo.
Gracias a estas pruebas, los alumnos experimentaron lo que es someterse a un examen de carácter oficial. Además, los alumnos de 4º de la ESO que superaron la prueba, pueden utilizar el título para acceder a la solicitud de plaza o al examen de certificado del siguiente nivel (intermedio) de las escuelas de idiomas.
Por otra parte, estos exámenes no dejan de ser un medidor del nivel de inglés de los alumnos y proporcionan a la consejería de educación los datos necesarios para políticas públicas, cuando es necesario.
Sin embargo, ¿hasta qué punto es positivo el resultado de esta prueba? ¿Deberíamos estar orgullosos de obtener el nivel básico de inglés después de llevar un mínimo de 13 años estudiándolo? ¿Estamos seguros de que no podemos sacarle más jugo a las horas que se le dedican semana tras semana y año tras año?
Por Elisa Martínez Acebo
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Fuente:PEI