Una empresa familiar puede tener distintos orígenes y motivaciones, lo que a su vez puede influir en el rendimiento y la organización.
Una empresa familiar puede ser algo común dentro de las élites de todo el mundo; sin embargo, también los segmentos más empobrecidos pueden formar parte de una. Mientras que para los primeros representa una manera eficiente de proteger y acrecentar el patrimonio familiar, para los segundos puede ser la única opción de emprendimiento o supervivencia.
En muchas ocasiones, que la familia forme parte del negocio puede considerarse una forma de explotación encubierta. En esta situación los familiares pasan a ocupar el lugar de los empleados sin recibir un salario por cumplir con sus deberes.
¿Cuál es el origen de las empresas familiares?
El nacimiento de una empresa familiar puede darse por diferentes motivos, como el recibimiento de una herencia o la pérdida de empleo de algún miembro. Esta circunstancia es una de las motivaciones principales para comenzar una empresa.
Aquellas empresas que surgen a partir de una idea concreta tienden a contar con una mejor perspectiva. Por el contrario, las que surgen con tal de solventar una carencia, evitar algún conflicto o satisfacer las necesidades familiares, suelen contar con menores posibilidades de éxito.
¿Cómo se organizan?
La organización puede considerarse como uno de los aspectos más complejos dentro de una empresa familiar. Uno de los principales problemas es la falta de claridad que puede derivar en una réplica de los roles familiares dentro de la organización, sin importar si son aptos para hacerlo.
Además, los valores comunes y los conflictos pueden transferirse, dando lugar a celos profesionales, disminución de la responsabilidad de algunos miembros, ajuste de salarios en función del rol familiar en lugar del profesional, entre otros.
Para contar con una buena organización es necesario establecer metas objetivas y criterios administrativos eficientes y claros.
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Fuente: Las empresas familiares, ¿son una buena idea?
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