Los espacios verdes se encuentran en el foco del debate urbanístico por su influencia en la equidad social. Y es que estos espacios pueden tanto aminorar la brecha económica, social y educativa entre comunidades como acentuarla.
El reto actual es la ubicación de estas superficies recreativas de forma que beneficien al máximo número posible de residentes.
El ejemplo más claro se encuentra en Nueva York. La ciudad ha servido de estudio por su espacio verde más característico, Central Park. La cercanía al parque se ha convertido en un reclamo de venta cada vez más utilizado por los agentes inmobiliarios, que ofertan las residencias de la zona entre multimillonarios. Esto ha provocado que las viviendas y propiedades que rodean el parque estén valoradas en millones de euros, lo que las vuelve inaccesibles para la población media. El High Line, otro de los espacios públicos de la ciudad, también ha experimentado un aumento del precio para vivir en sus proximidades.
Ahora la controversia se centra en el futuro de la ciudad. ¿Qué ocurre con todos aquellos residentes desplazados para rediseñar estas zonas en función de las demandas de la élite? La solución, según la Plataforma Arquitectura, se halla en hacer de los parques y espacios verdes un elemento funcional para las personas que viven y trabajan cerca de ellos, independientemente de su nivel socioeconómico. Resulta primordial una reinvención de su utilidad, de manera que favorezca la equidad de la ciudad.
Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, ha puesto en marcha un plan de recuperación de estas superficies. Este se enfoca principalmente en la creación de espacios verdes para los vecindarios más afectados por la pandemia. El plan tiene como objetivo «apoyar a las pequeñas empresas locales, fomentar los lazos comunitarios y brindar espacios para las artes y la cultura a medida que todos volvamos a estar juntos», explica Blasio.
El futuro de los espacios públicos en las ciudades ha de diseñarse tras una reflexión previa sobre qué necesita toda la ciudadanía y no solo parte de ella. También se debe de tener en cuenta el largo plazo, es decir, quiénes se beneficiarán de los espacios verdes en un futuro, con el fin de evitar que caigan en manos del marketing. Es por ello que el compromiso con los vecindarios ha de ser el punto de partida. Las ciudades necesitan desarrollar y mantener objetivos de equidad que incluyan a toda la comunidad en el disfrute de los espacios verdes.
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Fuente: ¿Cómo las ciudades verdes pueden crear futuros equitativos?
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