Con la reciente tendencia del pago por móvil, los usuarios cuestionan la seguridad del sistema frente al uso de una tarjeta física. Sin embargo, los investigadores afirman que la seguridad aumenta con este avance tecnológico.
El pago por móvil es muy común y su uso ha aumentado mucho con la pandemia de COVID. Para disminuir la propagación de la enfermedad, se fomentó el pago sin dinero en efectivo y sin contacto. Sin embargo, debido a la facilidad de uso y a la seguridad del sistema, es probable que continúe en el futuro en forma de aplicaciones de pago por móvil y aplicaciones para comercios. Por ejemplo, los bancos y las tiendas minoristas tienen sus propias aplicaciones de pago, así como otras como Apple Pay y Google Pay.
Este sistema de pago móvil utiliza en gran medida la tecnología NFC, que envía la información de la tarjeta al comercio después de que el usuario desbloquee su teléfono y lo acerque al lector de tarjetas. Otros utilizan códigos QR o de barras. Mediante este sistema, la aplicación crea un código en el móvil que se transfiere al personal de caja.
Quienes no han adoptado el pago por móvil suelen preocuparse por la seguridad del sistema, pero los investigadores han demostrado que puede ser incluso más seguro que el uso de una tarjeta física. Por ejemplo, el número de la tarjeta no se almacena en el dispositivo, sino en la tarjeta. Por lo tanto, a un pirata informático le resultaría más difícil conseguir ese número que robando el disco real.
Además, la tarjeta sólo puede abrirse mediante la identificación facial, una huella dactilar o un código, que es único para el usuario. El sistema NFC también transmite un código de transacción con cada compra y sólo puede utilizarse para esa transacción concreta. Lo mismo ocurre con los códigos QR y de barras. Por lo tanto, esto dificulta a los piratas informáticos el acceso a la cuenta completa.
Los chips NFC no se pueden leer fácilmente a distancia, por lo que un ladrón no podría robar los datos simplemente por proximidad. Incluso si el ladrón leyera los datos, transferiría el dinero a una cuenta que dejaría rastros de su acto delictivo. Por otro lado, sería mucho más fácil para un ladrón robar dinero o una tarjeta física para utilizar los fondos.
Con el pago por móvil, los datos también están muy seguros. Sólo el usuario y el banco tienen acceso a la información de la cuenta, ya que los cajeros sólo reciben el número de transacción del pago. Por otro lado, muchas aplicaciones de pago específicas para comercios recogen el comportamiento de compra de los clientes, pero ofrecen descuentos a cambio. Sin embargo, se trata de la misma cantidad de datos compartidos que aquellos que pagan con una tarjeta física.
A pesar de la facilidad y seguridad asociadas al pago por móvil, el uso de apps específicas puede depender del tipo de teléfono y también de ciertos requisitos de efectivo de algunos comercios. Aun así, el pago por móvil está creciendo en gran medida y ha demostrado ser una forma segura de transferir dinero.
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Fuente: El Pago móvil: ¿más seguro que las tarjetas?
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