La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) acaba de publicar su último informe mundial sobre la crisis alimentaria, y los resultados no son alentadores.
Según el informe, en 59 de los países evaluados alrededor del mundo, aproximadamente una de cada cinco personas se encuentra en una situación de hambre aguda y requiere medidas urgentes y decisivas. La cifra total asciende a casi 282 millones de personas, lo que representa un aumento de 24 millones en comparación con el año anterior.
El incremento en los niveles de hambre aguda se debe a varios factores. En primer lugar, el informe tiene una mayor cobertura de los contextos de la crisis alimentaria, lo que permite identificar y evaluar de manera más precisa la magnitud de la crisis en diferentes regiones del mundo. Además, se ha observado un fuerte deterioro en la seguridad alimentaria, especialmente en la Franja de Gaza y en Sudán.
EL impacto desproporcionado de la inseguridad alimentaria
Lo alarmante de esta situación es que la proporción de personas afectadas por la inseguridad alimentaria aguda ha estado en niveles persistentemente altos durante cuatro años consecutivos, alcanzando casi el 22% de la población evaluada. Estos niveles son significativamente superiores a los anteriores a la pandemia de COVID-19.
Este panorama impacta de manera desproporcionada en los niños y las mujeres, quienes son los más afectados de esta crisis alimentaria. El informe señala que más de 36 millones de niños menores de 5 años sufren de desnutrición aguda en 32 países. Esta situación ha empeorado, especialmente entre las personas desplazadas a causa de los conflictos bélicos y las catástrofes naturales.
Ante esta grave situación, la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias hace un llamado urgente para adoptar un enfoque transformador que tenga en cuenta no solo las medidas de emergencia, sino también el establecimiento de la paz, la prevención y el desarrollo sostenible. Es esencial romper el ciclo del hambre aguda y abordar las causas subyacentes de la inseguridad alimentaria y la desnutrición.
La crisis alimentaria y sus efectos en las poblaciones más vulnerables
La persistencia prolongada de esta crisis alimentaria se ve reflejada en los datos. Según el informe, 36 países siguen siendo escenarios de hambre aguda desde 2016, representando el 80% de las cifras globales de personas en situación de extrema hambre. Además, se ha registrado un aumento de 1 millón de personas que se enfrentan a niveles de emergencia de inseguridad alimentaria en 39 países. Entre ellos, Sudán destaca con el mayor incremento en hambre aguda.
No obstante, la situación actual en la Franja de Gaza es extremadamente preocupante. Representa el 80% del total de personas que sufrirán potencialmente hambruna inminente, junto con Sudán del Sur, Burkina Faso, Somalia y Malí. Estas regiones requieren especial atención y apoyo por parte de la comunidad internacional.
Según las proyecciones para el futuro, se estima que para finales del año 2024, alrededor de 1.1 millones de personas en la Franja de Gaza y 79,000 personas en Sudán del Sur enfrentarán una situación crítica de inseguridad alimentaria.
En resumen, los datos presentados en el informe mundial sobre las crisis alimentarias son alarmantes y requieren una acción rápida y enérgica. La persistencia de la hambruna aguda en muchos países plantea un desafío urgente que necesita ser enfrentado tanto a nivel nacional como internacional. Es necesario redoblar los esfuerzos para transformar los sistemas alimentarios, abordar las causas subyacentes de la inseguridad alimentaria y trabajar en iniciativas de desarrollo sostenible.
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