Un nuevo estudio explora los posibles beneficios y preocupaciones de los nuevos alimentos y tecnologías

Desde los nuevos alimentos como las medusas, los insectos comestibles y la carne producida a partir de cultivos celulares, hasta las nuevas tecnologías como el blockchain, la inteligencia artificial y la nanotecnología, no faltan nuevas y emocionantes formas de alimentar al mundo. Sin embargo, antes de que estos alimentos y tecnologías despeguen, es importante analizar los beneficios y riesgos potenciales, especialmente en lo que respecta a la seguridad.

Un nuevo informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) analiza los principales factores mundiales, como el crecimiento económico, los cambios en el comportamiento de los consumidores y las pautas de consumo, el aumento de la población mundial y la crisis climática, y cómo influyen en la seguridad alimentaria en el futuro. Este tipo de pensamiento estratégico pretende ayudar a los responsables políticos a anticiparse a las preocupaciones futuras de forma preventiva. 

“Estamos en una época en que las innovaciones tecnológicas y científicas están revolucionando el sector agroalimentario, incluido el ámbito de la inocuidad de los alimentos. Es importante que los países se mantengan a la par de estos avances, especialmente en una esfera fundamental como la inocuidad alimentaria, y que la FAO brinde asesoramiento de manera proactiva en lo que respecta a la aplicación de la ciencia y la innovación”, manifestó la Sra. Ismahane Elouafi, Científica Jefe de la FAO.

El informe, Thinking about the future of food safety- A foresight report, abarca importantes cuestiones emergentes en la alimentación y la agricultura, centrándose en las implicaciones de la seguridad alimentaria. Abarca ocho grandes categorías de impulsores y tendencias: el cambio climático, las nuevas fuentes de alimentos y los sistemas de producción, el creciente número de granjas y jardines en nuestras ciudades, los cambios en el comportamiento de los consumidores, la economía circular, la ciencia del microbioma, la innovación tecnológica y científica y el fraude alimentario.

Estas son algunas de las conclusiones más interesantes del informe:

  • Los datos recientes indican que el cambio climático tiene graves efectos sobre diversos contaminantes biológicos y químicos en los alimentos al alterar su virulencia, aparición y distribución. Algunas zonas que antes eran más frías se están volviendo más cálidas y propicias para la agricultura, creando nuevos hábitats para las plagas agrícolas y las especies de hongos tóxicos. Por ejemplo, las aflatoxinas, que tradicionalmente se consideraban un problema principalmente en partes de África, se han establecido en el Mediterráneo.
  • El consumo de algas se está extendiendo más allá de Asia y se espera que siga creciendo, en parte por su valor nutricional y su sostenibilidad (las algas no necesitan fertilizantes para crecer y ayudan a combatir la acidificación de los océanos). Una fuente potencial de preocupación es su capacidad para acumular altos niveles de metales pesados, como arsénico, plomo, cadmio y mercurio. El interés por los insectos comestibles también está aumentando en respuesta a la creciente conciencia de los efectos medioambientales de la producción de alimentos. Aunque pueden ser una buena fuente de proteínas, fibra, ácidos grasos y micronutrientes, como el hierro, el zinc, el manganeso y el magnesio, pueden albergar contaminantes de origen alimentario y provocar reacciones alérgicas en algunas personas.
  • El veganismo y el vegetarianismo son cada vez más populares, ya que la gente se preocupa por el bienestar de los animales y los efectos de la agricultura animal en el medio ambiente. Esto ha llevado al desarrollo de varias alternativas a la carne basadas en plantas, y se espera que las ventas mundiales de estos productos aumenten. 
  • La profecía de Winston Churchill -que un día «nos libraremos del absurdo de criar un pollo entero para comer la pechuga o el ala produciendo estas partes por separado en un medio adecuado»- se está haciendo realidad; se sabe que docenas de empresas de todo el mundo están fabricando filetes, hamburguesas de ternera o nuggets de pollo rebozados basados en el cultivo de células. Entre las posibles preocupaciones al respecto está el uso de suero de leche de origen animal, que puede introducir contaminación microbiológica y química.
  • Una verdadera revolución tecnológica está transformando nuestros sistemas alimentarios, ayudándonos a producir más con menos. Algunos ejemplos son el etiquetado inteligente que prolonga la vida útil de los productos alimenticios, la tecnología blockchain que garantiza el seguimiento de los alimentos a lo largo de las cadenas de suministro, y las impresoras 3D que producen dulces e incluso texturas «similares a la carne» utilizando ingredientes de origen vegetal. Para que estas tecnologías estén al alcance de todos, será esencial promover las normas y las mejores prácticas, el acceso a bases de datos de referencia fiables y curadas, la comunicación de las lecciones aprendidas y la transparencia en el intercambio de datos entre las partes interesadas.

 

En el mundo actual, que cambia rápidamente, la previsión es vital. Con este informe, la FAO pretende ayudar a los países y regiones que carecen de recursos suficientes para poner en marcha sus propios programas de previsión.

Coincidiendo con la publicación del informe, la FAO y la Organización Mundial de la Salud anunciaron que el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos de este año, que se celebrará el 7 de junio, se centrará en el tema «Alimentos más seguros, mejor salud».

FUNIBER promueve estudios en el área de Salud y Nutrición, algunos programas como:

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