Profesora de FUNIBER analiza la situación de la nutrición infantil y brinda algunas recomendaciones para dar una mejor alimentación a los niños.
Mercedes Briones, profesora en el área de nutrición de FUNIBER y de la Universidad internacional Iberoamericana de México (UNINI México), considera que actualmente los nutricionistas tienen un importante rol que cumplir en la sociedad, sobre todo cuando se trata de cuidar la salud de los niños del mundo. La obesidad y la desnutrición infantil son dos caras de la malnutrición, un mal que se ha extendido en todo el planeta, afectando a millones de niños. Briones es licenciada en ciencia y tecnología de los alimentos, ha hecho de la nutrición su pasión y ha obtenido el grado de doctora internacional y una maestría en dicha materia, sin duda posee un profundo conocimiento del tema y comparte con nosotros su visión.
Tratar el tema de la malnutrición no es simple. En algunos países se reportan altos índices de desnutrición, mientras que en otros destaca el sobrepeso y la obesidad. Briones señala que en Latinoamérica incluso se presentan ambos tipos de malnutrición en un mismo país, porque en las zonas rurales los niños tienen acceso a una alimentación muy limitada (siempre comen lo mismo), y deberían tener mayor accesibilidad a todo tipo de alimentos para cubrir todas sus necesidades nutricionales; mientras que en zonas más desarrolladas los menores tienen acceso a alimentos de baja calidad nutritiva y ricos en calorías, como la comida chatarra, los snacks, los refrescos o alimentos industrializados, cuyo consumo excesivo, sumado a otros factores como la inactividad física, pueden generar sobrepeso y obesidad entre los infantes.
La acción de los nutricionistas es vital en la actualidad, sobre todo considerando que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado que la obesidad infantil «es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI». Briones destaca frente a esta situación que: «los especialistas en nutrición debemos trabajar en fomentar los buenos hábitos en la alimentación, incidir en la educación nutricional e incentivar a distintos actores, desde colegios hasta gobiernos a promover programas que garanticen la accesibilidad a una buena alimentación en la infancia«.
Desde los primeros años
Dar de mamar a un bebé garantiza el correcto desarrollo y funcionamiento del organismo del infante. La profesora de FUNIBER resalta que la leche materna es el mejor alimento para los niños hasta los 6 meses de edad, luego se puede dar al infante alimentos semisólidos y sólidos hasta que el menor llegue a los 12 meses de edad, debiendo considerar que cada nutriente será necesario para lograr un correcto funcionamiento de los órganos del infante.
A partir del primer año se debe procurar brindar al niño una alimentación rica y variada, siendo muy importante que el menor adquiera buenos hábitos alimentarios, como consumir poca sal y azúcares simples, porque dichas costumbres se conservarán hasta la etapa adulta, indica Briones.
Alimentos peligrosos
Cereales con gluten, huevos, leche de vaca, frutos secos, pescado, algunas frutas y el cacao, podrían desencadenar una reacción alérgica en un bebé. Los padres deben introducir poco a poco todos los grupos de alimentos en la dieta del niño, pero observando si alguno de ellos causa una reacción alérgica, para evitar que el menor los ingiera.
La industria alimentaria añade a sus productos una gran cantidad de aditivos para prolongar la duración de los alimentos procesados e incrementar su sabor, pero no se han realizado investigaciones que demuestren que los aditivos utilizados son inocuos para los niños. “Es por esto, por lo que los especialistas en nutrición siempre abogamos por el consumo de alimentos frescos, una alimentación natural alejada de alimentos preparados para los que se hayan empleado componentes artificiales”, comenta la experta en nutrición de FUNIBER.
Refuerzo inmunológico
Algunos alimentos nos permiten fortalecer el sistema inmunológico de los infantes. La docente de FUNIBER indica que se deben considerar 5 alimentos en la dieta de los menores: el yogur, porque mantiene la flora intestinal en correcto estado, evitando la acción de patógenos externos; el ajo, por poseer propiedades antibacterianas y antivirales; y los cítricos, moluscos y cereales porque ofrecen ventajas al sistema inmunológico de los niños y aportan vitaminas del grupo B, zinc, vitamina C y magnesio, sustancias que son necesarias para lograr un correcto funcionamiento de las defensas del organismo.
Dieta vegetariana
La adopción de un estilo de vida vegetariano va en aumento y muchos menores reciben en sus hogares una dieta basada en vegetales, pero ¿es suficiente? Briones opina que los niños pueden alimentarse con vegetales y cubrir todas sus necesidades para lograr un buen desarrollo físico y mental. «A pesar de que las proteínas, el hierro y el calcio, fundamentalmente de origen animal tienen una biodisponibilidad (capacidad de ser absorbidos y asimilados a nivel intestinal) mayor que aquellos de origen vegetal, una alimentación vegetariana que se inicia en los primeros años de vida, hará que el organismo de ese niño o niña se adapte a los nutrientes ingeridos por esas fuentes de alimentos de origen vegetal”.
Briones destaca que al seguir una dieta vegetariana se deben combinar alimentos que aumenten su valor biológico, como por ejemplo «la combinación de cereales y legumbres (entre ambos contienen la mayoría de aminoácidos esenciales, formando una proteína de alta calidad), o alimentos ricos en vitamina C con alimentos con hierro, que faciliten la absorción del mineral».
Al evaluar las dietas veganas la docente del área de nutrición indicó que no serían adecuadas para el desarrollo de los niños, porque ese tipo de dieta excluye todo tipo de alimentos de origen animal como el huevo, la leche, el queso, el yogur o la miel. La profesora indicó que el debate sigue abierto, pero «se siguen manteniendo las recomendaciones para la alimentación infantil del consumo de alimentos de origen animal, debido a su contenido en sustancias beneficiosas para su organismo».
Experiencia en Latinoamérica
La profesora de FUNIBER conoce bien la situación de la malnutrición en Latinoamérica. Tras realizar sus estudios de licenciatura en la Universidad de Reading en el Reino Unido, le hablaron de la desnutrición en Guatemala y decidió hacer un voluntariado en un orfanato de ese país por cuatro años.
Como parte de su trabajo de voluntariado Mercedes realizó una evaluación antropométrica y examen físico de 180 niños en el orfanato-escuela en el que prestaba sus servicios, realizando además una evaluación de la dieta que se brindaba en el comedor del centro.
Para mejorar la calidad de nutrientes que recibían los menores, desarrolló menús escolares equilibrados, utilizando alimentos disponibles en la región y ajustando los platos a la cultura gastronómica local. Adicionalmente, Briones desarrolló algunos talleres y charlas de educación nutricional, haciendo especial énfasis en la higiene alimentaria para reducir el elevado número de casos de diarrea e infecciones gastrointestinales
En Guatemala, Mercedes tuvo la oportunidad de “conocer de primera mano el estado nutricional y las condiciones de vida de niños de distintas clases sociales”. Esta experiencia le permitió obtener una visión completa sobre la forma en que pueden participar los nutricionisxtas en el desarrollo de una localidad, y trabajar para salvar las vidas de cientos de menores.
Actualmente Mercedes Briones dirige tesis de Doctorado y Máster del área de Nutrición de FUNIBER. Como parte de su actividad académica es profesora de las asignaturas de nutrición infantil y origen fetal de patologías, desnutrición, además de la asignatura de informática aplicada a la investigación en nutrición.
Nota: La profesora Mercedes Briones participa en la Red Universitaria en la que colabora FUNIBER.