Opiniones de FUNIBER: La época en la que se producen más libros fotográficos

La profesora Michelle Moreira Soares comenta sobre la producción actual de libros de fotografía que aúna diseño gráfico, fotografía y libros de artista.

En 2019, los fotógrafos Martin Parr y Gerry Badger lanzaron el libro The photobook. Una historia. Con la publicación, buscaron comprender cómo se desarrolló la fotografía a través de libros de fotografía. En la publicación, los fotógrafos evalúan las principales tendencias y movimientos que han marcado este género de libros hasta la actualidad.

Para celebrar el Día Mundial del Libro que se celebra hoy, entrevistamos a la profesora Michelle Moreira Soares, directora académica del curso de Especialización en Fotografía, que FUNIBER comienza a promover en mayo, para comentar los libros de fotografía actuales, en un entorno marcado por las lecturas de libros digitales.

 

¿Qué se considera un libro de fotos?

Los libros de fotografía, así como las exposiciones, son los vehículos para presentar obras de fotógrafos y artistas visuales capaces de llegar a un público más amplio. Los libros, sin embargo, tienen una ventaja: al reunir las mejores obras de un fotógrafo o fotógrafa, un proyecto fotográfico o una exposición de diferentes artistas, son capaces de transportar las obras de forma portátil, con una narrativa única, de modo que cada uno pueda leer a la hora y en el lugar que desee.

 

Hoy en día, con los libros digitales, ¿sigue habiendo interés por los fotolibros?

Con la tecnología digital, los medios tradicionales, en este caso el fotolibro impreso, sufren transformaciones inevitables. Estos cambios pueden ser, en muchos sentidos, positivos. Por ejemplo, actualmente existe una tendencia en el campo artístico a fabricar fotolibros como alternativa a la saturación de dispositivos digitales, electrónicos, a las pantallas. Probablemente sea el momento en que se producen la mayoría de los libros de fotografía.

En estos nuevos libros, hay una diversidad de formatos mucho mayor, el refinamiento de los proyectos gráficos y el pensamiento narrativo y construido por los propios autores. Este estilo se acerca a los llamados “libros de artista”, creados con la intención de convertir el libro en sí mismo en una pieza artística. Al adoptar esta postura, los libros de fotografía cobran valor al permitir más experimentación, provocar y ofrecer alternativas a narrativas y estéticas más convencionales.

En cuanto al interés, creo que todavía hay una mezcla de lectores que buscan libros con bellas imágenes, lectores interesados ​​en fotografías históricas, lectores que buscan libros con poemas visuales, etc. Entre todos estos tipos de lectores, existen alternativas muy diferentes.

 

¿Citaría algún libro de fotografía en estos nuevos formatos?

La fotógrafa mexicana Patricia Lagarde, con quien recientemente conversamos en el webinar “Mujeres en la fotografía, protagonismo y relevancia”, tiene un trabajo relevante con sus libros de artista. Sus obras mezclan objetos, simbolismo y coleccionismo a través de las imágenes creadas.