En el siglo XXI, la minería busca empezar a explotar los fondos marinos, que se han convertido en la fiebre del oro de esta época.
Debido a la creciente demanda de minerales utilizados en productos como ordenadores, tabletas, teléfonos, baterías eléctricas, turbinas eólicas y paneles solares, la industria busca una nueva fuente de recursos naturales. Aunque los recursos naturales son limitados, se han descubierto en los fondos marinos pequeñas rocas llamadas nódulos que contienen altas cantidades de minerales preciosos como el cobalto, el níquel, el litio, el cobre y el manganeso, superando todas las reservas terrestres existentes.
Sin embargo, la minería submarina no está regulada a nivel internacional, lo que ha generado una controversia en torno a esta actividad. Aunque existen intereses y presiones para llevar a cabo la explotación comercial de los recursos de los fondos marinos, también hay resistencia por parte de ecologistas, científicos, empresas y algunos Estados que buscan obtener más información sobre los posibles impactos ambientales.
Algunos argumentan que se necesitan más minas para abastecer las demandas de recursos, y que los fondos marinos ofrecen una alternativa realista para el mundo occidental, evitando la dependencia de minas terrestres controladas por China u otros países. Sin embargo, los ecologistas aseguran que la minería marina puede tener muchos riesgos, como la destrucción de la biodiversidad marina y el daño irreparable al ecosistema.
Regulación de la explotación de la minería marina
Este año es crucial porque se espera que se apruebe la normativa que permita la explotación comercial de estos minerales. Grupos defensores de la naturaleza, empresas y Estados están pidiendo una moratoria para la actividad minera hasta que se conozca mejor su impacto. Empresas como Google, Samsung, Volvo y BMW, así como algunos países, entre ellos, España, se han sumado a esta petición. El Parlamento Europeo también ha aprobado una resolución instando a una pausa a nivel internacional. Mientras tanto, el sector pesquero también muestra su preocupación por los posibles impactos de la minería submarina en el medio ambiente marino y la pesca.
La minería de los fondos marinos plantea cuestiones sobre la equidad y la distribución de las ganancias. Aunque la extracción de minerales de los fondos marinos beneficia económicamente a la Autoridad Internacional para los Fondos Marinos (ISA), el organismo encargado de regular esta actividad, también plantea interrogantes sobre cómo se repartirán las ganancias y si se beneficiará a todos los países por igual. Existe un debate sobre si los fondos marinos, al ser patrimonio común de la humanidad, deben permanecer sin explotar o si la minería puede ser una forma de beneficiarse de estos recursos.
En resumen, la minería de los fondos marinos se ha convertido en un objetivo de interés para la industria debido a la creciente demanda de minerales. Sin embargo, esta actividad es controvertida y aún no está regulada a nivel internacional. Mientras se espera la regulación en este ámbito, surge un debate sobre los posibles impactos ambientales, la equidad en la distribución de las ganancias y la preservación de los fondos marinos como patrimonio común de la humanidad.
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Fuente: La minería busca conquistar los fondos marinos: la fiebre del oro de este siglo