Un problema global: la industria electrónica es la que más crece en el mundo, pero aún faltan medidas legislativas para fomentar una economía circular que proteja la salud humana y los ecosistemas.
El volumen de residuos electrónicos ha aumentado a un ritmo alarmante. Se estima que el año pasado, en 2019, se generaron 53,6 millones de toneladas de este residuo, en valores globales. Es cierto que la generación de estos residuos varía entre países. A nivel europeo, para tener una idea, cada persona ha producido una media de 15,6 kg de productos electrónicos el año pasado.
Desde la concepción de la economía circular, sería necesario adoptar estrategias para reducir, reutilizar y reciclar productos electrónicos.
Francia ha dado un primer paso hacia la reutilización de estos productos, por ejemplo, con la publicación de un reglamento que establece que los fabricantes deben poner a disposición las piezas para el intercambio, o las posibilidades de producirlas mediante impresoras 3D, o, en último caso, proporcionar información técnica para lograr la pieza.
Pero, en general, faltan medidas y acciones que puedan evitar la eliminación. Como se sabe, los productos electrónicos contienen diferentes materiales que se pueden reutilizar. En el caso de un móvil, por ejemplo, hay aproximadamente 60 elementos diferentes, entre metales básicos, especiales y preciosos.
Algunos de estos materiales son muy utilizados en la industria electrónica y su presencia en la naturaleza es limitada, siendo un recurso valioso. Sin embargo, debido al desconocimiento y las dificultades en la mano de obra y las técnicas de reutilización, solo el 15% de estos residuos se recicla por completo.
El tratamiento de estos residuos requiere una serie de precauciones. Como se sabe, muchos contienen componentes contaminantes que pueden ser muy dañinos. En muchos países, las personas que trabajan en las plantas de tratamiento de estos residuos no cuentan con la protección necesaria y ponen en riesgo su salud.
En el ecosistema, el tratamiento de estos residuos también puede ser una amenaza. En China, en los sedimentos de los ríos de Guiyu, se han encontrado contaminantes y metales pesados que superan el límite estipulado para la protección de la salud humana. Las personas que viven en esta área ya no pueden usar la tierra para cultivar o beber agua de la región.
En América del Sur, por ejemplo, de los 10 países analizados por el estudio “Gestión Sustentable de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos en América Latina”, elaborado por la ONU en 2015, solo Colombia, Perú, Brasil y Ecuador cuentan con marcos regulatorios para disposición y tratamiento de residuos electrónicos.
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Fuentes: Las deficiencias de los residuos electrónicos
LIXO ELETRÔNICO É PROBLEMA NA AMÉRICA DO SUL
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