Portugal sufre intensas quemadas desde junio y moviliza políticos para medidas de prevención a incendios y control de los efectos sobre el medio ambiente
En junio de este año ocurrió un incendio forestal en Portugal que ha asustado todo el mundo por las consecuencias devastadoras que ha provocado. Después de cinco días del inicio, la quemada más fatal del país ha dejado 204 heridos, 64 muertos y más de 40 mil hectáreas de bosques carbonizados por las llamas.
Cuando la quemada ha dejado de arder, ha empezado un debate político acerca de la gestión del accidente, buscando a los responsables sobre el origen y el manejo del incendio. Inicialmente, la caída de un rayo había provocado tal incidencia, pero el presidente de la Liga de Bomberos Voluntarios ha contrariado el comunicado oficial afirmando que el incendio había sido provocado. “Hasta que se pruebe el contrario, mi sospecha es que el fuego tiene un origen criminal”, ha asignado Jaime Marta Soares.
Los servicios de meteorología también no han encontrado registros de tormentas en la región, ni la presencia de rayos, en aquellos momentos. Pese a las incógnitas acerca de lo que ha pasado, las principales cuestiones ahora deben estar pautadas sobre la prevención de nuevos desastres futuros.
Están pendientes en la Asamblea Nacional la votación de leyes que protejan a los bosques contra los incendios. Además, algunas otras leyes prevén el control de la plantación de eucalipto y pino, que son maderas combustibles que dejan a las tierras más secas.
Prevención y control
El gobierno anunció ayer, día 31 de julio, un monto de 7,7 millones de euros para los medios de socorro y protección de los recursos hídricos. Especialmente para proteger el medio ambiente de los efectos del incendio pasado, como la “concretización de medidas que minimicen a los efectos de los incendios de 17 de junio, en especial el riesgo de obstrucción de líneas de agua, los riesgos de inundación y la afectación de captaciones de agua superficial y de áreas de uso de baño, ha afirmado el secretario del Medio Ambiente, Carlos Martins.
El gobierno tendrá que reunir esfuerzos también para el control acerca de los efectos de la quemada para la salud pública. “Un incendio es una de las situaciones que más promueve la producción de dioxinas y que tienen efectos nefastos en la salud de las personas”, ha dicho la investigadora Conceição Calhau, destacando la necesidad de observar a las personas que fueron expuestas al fuego, y la importancia de vigilar a los alimentos producidos y consumidos en esas regiones.
Calhau integra el equipo del Centro de Investigación en Tecnologías y Servicios de Salud (Cintesis), en Porto. “Es un episodio que marca Portugal también en términos de producción de dioxinas. Hemos asumido un compromiso relativo a la biomonitorización”, ha señalado la investigadora que anunció también que la disponibilización de actuar junto al Ministerio de Salud.
Incendios continúan
Portugal sigue en alerta máximo por nuevos incendios. En la última semana, más de 1.200 bomberos actuaban para combatir a cinco grandes incendios activos, que vienen ocasionando la evacuación de pequeñas ciudades portuguesas.
Hace cuatro días, el Instituto del Mar y de la Atmósfera (IPMA) ha anunciado que más de 18 distritos del país están con advertencias de posibles quemadas debido a las elevadas temperaturas y vientos fuertes que facilitan a la propagación de incendios rápidamente.
Los profesionales interesados en actuar en el control forestal deben capacitarse para una adecuada gestión de los riesgos de incendios. La Maestría en Gestión y Auditorías Ambientales, patrocinada por FUNIBER, ofrece conocimiento acerca de las estrategias, sistemas, procesos, herramientas y métodos para gestionar cuestiones ecológicas relacionadas a las políticas públicas.
Fuentes: Extinguidos los incendios de Portugal
Incêndios: Governo investe 7,7 milhões no socorro e protecção dos recursos hídricos
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