No solo se trata de comprar productos amigables con el medio ambiente y conducir vehículos que hagan uso de energías renovables. Un equipo de investigadores de Escandinavia ha determinado que necesitamos que las personas se hagan flexitarianos (vegetarianos con una práctica flexible) para lograr controlar el incremento de la temperatura del planeta. «Hemos demostrado que reducir el consumo de carne a diario es clave para lograr llevar la polución originada por la industria agrícola a niveles seguros», indicó Fredrik Hedenus, uno de los autores del estudio, y añade: «un amplio cambio en la dieta de las personas puede tomar mucho tiempo, deberíamos comenzar a pensar en cómo podemos lograr que nuestra comida sea más amigable con el medio ambiente».
Las emisiones de contaminantes del sector energía y transporte son las que tienen mayor impacto en el calentamiento global, pero si no controlamos las emisiones de óxido nítrico y metano producidos por el ganado destinado a la producción de carne, enfrentaremos un gran problema cuando la producción de gases contaminantes se duplique hacia el año 2070.
Los investigadores indican que para el año 2070 la población mundial crecería, y al mismo tiempo se incrementaría la demanda por carne, leche y queso, generando más contaminación. Se estima que para el 2050 la mitad de gases de efecto invernadero serían producidos por la industria productora de carne y cordero, contribuyendo al tres por ciento de las calorías de las personas, mientras que la producción de queso y mantequilla contribuirían con un cuarto de la polución generada por la industria agrícola.
Los investigadores indican que para mantener las temperaturas por debajo de los los 2°C se debe controlar la emisión de gases de efecto invernadero, pero los ingresos económicos de la población a nivel global se está incrementando y esta mejora económica está vinculada a un incremento en el consumo de productos como la carne y la mantequilla, cuya producción contribuye de forma importante a la emisión de gases de efecto invernadero.
Estudios previos indican que una persona al consumir un kilo de carne estaría contribuyendo a la producción de 355 kilos de dióxido de carbono (CO2). Por otro lado, Robert Goodland y Jeff Anhang aseguran que la industria ganadera podría ser la responsable del 51% de gases de efecto invernadero en nuestro planeta.
La solución para el planeta podría ser que reduzcamos nuestro consumo de carne, de esa forma, por la ley de oferta y demanda, caería la producción de carne, y por tanto se lograría reducir los niveles de contaminación generados por la producción de carne.
Fuente:
http://link.springer.com/article/10.1007/s10584-014-1104-5/fulltext.html
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