La contaminación del aire es un problema mundial que afecta a diversos sectores de la población.
Sin embargo, un reciente estudio realizado en Escocia ha revelado que la exposición temprana a la contaminación del aire puede tener consecuencias negativas en la salud de los adultos mayores. Esta investigación, que se realizó a lo largo de un seguimiento de 72 años, arrojó resultados alarmantes que destacan la importancia de abordar este problema desde una perspectiva preventiva.
El 99% de la población mundial respira aire con niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la OMS. La mala calidad del aire está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades y mortalidad por diversas causas. Es especialmente perjudicial para los adultos mayores, quienes soportan una carga desproporcionada de enfermedades y tienen un mayor riesgo de limitaciones a largo plazo y enfermedades múltiples. La exposición temprana a la contaminación del aire durante las etapas sensibles de desarrollo puede tener efectos duraderos en la salud y contribuir a un envejecimiento poco saludable.
Vínculo de la exposición a partículas finas y las enfermedades limitantes en la edad adulta
El estudio, titulado «Higher air pollution exposure in early life is associated with worse health among older adults: A 72-year follow-up study from Scotland», exploró el vínculo entre la exposición a partículas finas (PM 2,5) a los tres años y las enfermedades limitantes a largo plazo a las edades de 55, 65 y 75 años utilizando datos del Estudio Longitudinal Escocés de Cohortes de Nacimiento de 1936, un estudio de cohorte representativo administrativo.
Los resultados mostraron que la exposición a PM 2.5 a la edad de 3 años se asocia con mayores probabilidades de sufrir enfermedades limitantes a largo plazo en la edad adulta media o tardía. Principalmente, entre los 55 y 75 años. Es importante destacar que estas asociaciones fueron más fuertes en aquellos individuos que crecieron en familias desfavorecidas, pero no hubo diferencias entre hombres y mujeres.
Además, se realizaron análisis de trayectoria que demostraron que entre el 15% y el 21% de la asociación entre las concentraciones de PM2.5 en la infancia y las limitaciones a largo plazo en la edad de 65 años estaba mediada por una menor capacidad cognitiva, calificaciones educativas y posición social ocupacional en la niñez.
Estos hallazgos ponen de manifiesto la importancia de abordar tempranamente la contaminación del aire desde la infancia, ya que esta tiene consecuencias duraderas en la salud de los adultos mayores. Además, resaltan la necesidad de adoptar un enfoque holístico e intergeneracional para enfrentar el problema, incorporando medidas preventivas en los niveles individual, familiar y comunitario.
Es fundamental que los profesionales y estudiantes de gerontología estén informados sobre estos hallazgos, ya que les permitirá comprender mejor los desafíos que enfrentan las personas mayores y promover así estrategias efectivas de cuidado y prevención.
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