Un estudio confeccionado por María Juana Olea Martínez, de la Universidad de Valladolid (España), defiende el papel de la educación emocional como herramienta de gestión de las emociones de las personas de la tercera edad.
Las personas mayores tienen que enfrentarse a situaciones emocionalmente difíciles durante su proceso de envejecimiento: la enfermedad o la muerte son algunas de ellas. Por eso, es muy importante que se les imparta educación emocional, con el objetivo que sean capaces de gestionar sus propios sentimientos. Esta es la posición que defiende María Juana Olea Martínez, de la Universidad de Valladolid, en España.
Olea también ha manifestado que la educación emocional puede ser instrumento al servicio del incremento de la satisfacción personal de los adultos mayores, así como un elemento potenciador de la convivencia social de estos.
En este sentido, la investigadora ha asegurado que el aprendizaje sobre las emociones de cada cual es beneficioso para la participación de las personas de la tercera edad en actividades de socialización.
Por otra parte, Olea ha insistido en que la educación emocional favorece las habilidades cognitivas y afectivas de las personas. En consecuencia, contribuye al mantenimiento de sus facultades psíquicas y ayuda a reducir la pérdida de agilidad mental.
Dentro del abanico de titulaciones que patrocina FUNIBER, la Maestría en Gerontología ofrece la posibilidad de aprender acerca de las necesidades emocionales de los adultos mayores, para poder proporcionarles una atención individualizada y adecuada.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Puede contribuir la educación emocional a gestionar las emociones de los adultos mayores y a mantener sus capacidades cognitivo-afectivas?
Fuente: La importancia de la afectividad en las residencias de personas mayores
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