A pesar de que la educación durante la pandemia ha resultado complicada para la población en general, algunos colectivos específicos han sufrido mayores consecuencias.
La juventud sorda se enfrentó a un reto inimaginable durante el último año. Coincidiendo con la celebración del Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas este lunes 14 de junio, la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) ha recordado que “allí donde haya una persona sorda o sordociega, debe estar presente la lengua de signos”, para asegurar la participación de este colectivo en su entorno y su acceso a la información y a la comunicación.
En el ámbito de la educación, la Confederación solicita la creación de una Estrategia Nacional que ahonde en la enseñanza, promoción, uso y protección de la lengua de signos española y catalana.
Sobre la educación de los jóvenes sordos versó el estudio realizado por este organismo y presentado el pasado mes de marzo. Para ello, se revisó información relacionada con el tema y se realizaron sesiones en grupo para debatir sobre apoyos y barreras en la enseñanza.
Una de las conclusiones del estudio hace hincapié en la necesidad del bilingüismo intermodal: “existe una evidencia creciente respecto a las ventajas de la adquisición de la lengua y del aprendizaje temprano de la lengua signada y la lengua oral a partir de modelos y enfoques de bilingüismo intermodal”. La Confederación, sin embargo, advierte de que estas experiencias bilingües continúan siendo aisladas.
Este estudio evidencia la importancia de incluir el lenguaje de signos en las aulas. “Se constata la práctica ausencia de profesorado sordo y la disposición muy puntual, en determinadas buenas prácticas, de profesorado que imparte la materia directamente en lengua de signos”, remarca el informe.
Además de la figura de los docentes, el apoyo familiar es fundamental y desde el organismo recomiendan no sobreproteger a este colectivo.
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Estudio: Estudio sobre la situación educativa de la juventud sorda
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