La superpotencia asiática se ha convertido en un socio clave de los países latinoamericanos a través del comercio, la inversión y la financiación.
A finales de 1978, el pragmático Deng Xiaoping asumió el liderazgo de la República Popular China y lanzó un ambicioso programa de reformas favorables a la liberalización económica y la internacionalización para romper así con la autarquía maoísta. Tras cuatro décadas de crecimiento económico prácticamente ininterrumpido, China todavía es, en términos de renta per cápita, una nación en desarrollo, pero cientos de millones de personas han salido de la pobreza y el país se ha convertido en la segunda economía mundial, actor comercial global y emisor de capitales de primer orden como inversor y financiador.
En este contexto, América Latina y el Caribe (ALC) destaca como el segundo destino de inversión extranjera directa china en las últimas dos décadas, sólo por detrás de Asia. La región es también un relevante socio comercial y receptor de inversión en infraestructuras del gigante asiático. Asimismo, China también se ha convertido en un importante prestamista para algunos países latinoamericanos.
Los motivos por los cuales China ha incrementado su interés en ALC y porqué ésta precisa de tales flujos parecen claros, si bien el fenómeno es complejo desde múltiples puntos de vista. A grandes rasgos, China contempla a Latinoamérica como proveedor estratégico de materias primas (prioritariamente petróleo, cobre, hierro y soja), pero también como un atractivo mercado emergente de 600 millones de consumidores donde comercializar sus productos manufacturados y servicios. Por su parte, los países latinoamericanos han hecho de China un socio comercial prioritario y un relevante inversor y prestamista con el objetivo de diversificar sus relaciones económicas internacionales, tradicionalmente muy determinadas por los Estados Unidos y Europa.
La evolución y realidad de las relaciones económicas entre América Latina y China son objeto de estudio de organismos multilaterales, universidades y centros de investigación. En este sentido, para acercarse a este fenómeno existe una creciente bibliografía y cada vez más fuentes de información. Entre todas las instituciones involucradas destaca la Red Académica de América Latina y el Caribe sobre China (Red ALC-China), liderada por el Centro China-México de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM), la casa de estudios más grande y prestigiosa de América Latina. Este organismo promueve el conocimiento mutuo entre el gigante asiático y la región e impulsa publicaciones y eventos.
Precisamente en el último Seminario Internacional impulsado por la citada Red ALC-China, y celebrado en Ciudad de México en mayo de 2018 en la propia UNAM, estuvo presente el director de la Maestría en Negocios con China y Asia-Pacífico promovida por FUNIBER y titulada por la Universidad Europea del Atlántico, el Prof. Carlos Marcuello Recaj, quien expuso una ponencia titulada “El financiamiento chino en América Latina y el Caribe en el contexto de las relaciones económicas bilaterales”.
Fuente: Red-ALC China
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