Las redes sociales permiten a las personas contactarse con sus seres queridos tras los desastres.
Huracanes, terremotos, tsunamis o la explosión de una bomba, son desastres que pueden cambiar nuestra vida en un minuto. Los medios de comunicación han cambiado y brindan nuevas posibilidades de contacto, hace solo un par de décadas atrás la única forma para localizar a nuestros seres queridos era realizar una llamada por teléfono, pero usualmente las líneas se encontraban saturadas tras un desastre. Ahora las redes de datos nos permiten acceder a múltiples servicios como Facebook, Twitter, Whatsapp, Waze, correo electrónico y otros servicios que permiten a las personas organizarse y tomar contacto después de un evento de consecuencias negativas. Los negocios deben prepararse para responder y apoyar a sus usuarios en circunstancias difíciles.
Una encuesta realizada en Estados Unidos indica que, tras ocurrir un desastre el 76% de los usuarios utiliza las redes sociales para contactar a sus amigos, el 24% avisa a sus seres queridos que están bien, el 18% publica información sobre la emergencia en Facebook, el 25% descarga aplicaciones relacionadas al desastre y el 37% utiliza información de redes sociales para encontrar víveres y protección. El 80% de ciudadanos americanos consideran que las agencias de respuestas frente a desastres deberían monitorear y responder a las redes sociales.
El uso de redes sociales no se limita solo a buscar contacto con familiares, también para organizar y llevar ayuda a las zonas donde ocurren los desastres. Durante el terremoto de Haití se realizó una campaña para captar donaciones utilizando mensajes de texto, y en solo 48 horas se logró recaudar 3 millones de dólares.
El alcance de los mensajes en caso de desastres suele ser mundial. En marzo del 2011 Facebook registró más de 4.5 millones de actualizaciones de estado que contenían las palabras «Japón», «Tsunami» o «Terremoto» (en inglés). Gracias a gestiones por Twitter con la embajada de Estados Unidos, un hospital cercano a la zona de desastre en Fukushima logró evacuar a 80 pacientes.
Durante la temporada de tornados en Estados Unidos una escuela solicitó ayuda para limpiar los escombros y en solo 30 minutos recibió la respuesta de 80 voluntarios. Un empleado de un hospital en Joplin utilizó de forma exitosa Facebook para localizar a más de mil empleados perdidos.
Liza Potts, experta en redes sociales y autora del libro «Social Media en la respuesta a desastres: cómo los arquitectos de experiencias pueden construir para la participación», explica que actualmente los usuarios desean interactuar con la información, y en momentos en los que ocurre un desastre se establecen tres formas de usar las redes sociales: los usuarios como participantes, los arquitectos como participantes y los participantes pilares de apoyo.
Tal vez su empresa puede apoyar a la comunidad frente a un desastre, pero debe estar preparado para ello. Los usuarios pueden utilizar las redes sociales de una empresa local para comunicarse, buscar a personas perdidas o brindar información útil. En esas circunstancias, es necesario diseñar políticas y medios que permitan al usuario compartir contenido con libertad, se trata de mejorar la usabilidad de nuestras páginas o redes sociales para permitir mayor participación del usuario y tener en cuenta que podría producirse un pico enorme de comentarios y publicaciones durante un evento.
Se puede modificar la página de una organización para mostrar publicaciones o mensajes en tiempo real, los diarios muestran noticias que se actualizan cada minuto, algunas organizaciones publican colecciones de mensajes asociados a un hashtag. La decisión de cómo puede participar el usuario será de la empresa, pero el efecto que se logra al reforzar el vínculo con los usuarios perdurará en el tiempo.
Los estudiantes del área de Empresas de FUNIBER se preparan para brindar la mejor experiencia al usuario tanto en el mundo real como en el mundo digital.
Fuente:
Universidad de San Francisco
Foto Creative Commons: ePublicist