¿Es mejor hacer algo de ejercicio que no hacerlo? La respuesta es sí.
Un estudio reciente realizado por el Dr. Matthew N. Ahmadi ha demostrado que solo 20 minutos diarios de ejercicio vigoroso pueden reducir el riesgo de mortalidad. Es más, la propia investigación dirigida por el Dr. Ahmadi, de la Universidad de Sídney, sugiere que solo 15 minutos «de actividad física vigorosa a la semana podría reducir la mortalidad por todas las causas y el riesgo de cáncer en un 15%».
Sin embargo, la opción de 15 minutos es la mínima. La cantidad ideal de ejercicio a la semana equivaldría a 50-60 minutos. En esta línea, las pesquisas sugieren que 50-60 minutos semanales «reducirían el riesgo de muerte en un 36%», afirma el autor al periódico El País.
¿Qué entendemos por ejercicio vigoroso?
Sin embargo, puede haber confusión sobre lo que cuenta como «ejercicio vigoroso». Según el Dr. Fernando de la Guía, «la intensidad de la actividad física se mide en MET, que es la tasa metabólica o consumo de oxígeno por minuto para un adulto en reposo. 1 MET equivale a 3,5 ml O2/kg/min».
Mientras que 3 MET equivale a una actividad ligera y entre 3 y 6 MET a un trabajo moderado, cualquier cantidad por encima de 6 MET se considera vigorosa. Algunos ejemplos de este último tipo de ejercicio incluye «trabajos agrícolas o de jardinería de alta intensidad, subir o bajar escaleras, o cualquier actividad física (correr, aeróbic, nadar, esquiar, escalar, o jugar al fútbol, o al baloncesto) o deporte practicado intensamente».
Para quienes no dispongan de tiempo para realizar 20 minutos de ejercicio al día, el doctor Fernando de la Guía propone acelerar las tareas cotidianas y así alcanzar la condición de vigoroso. «Es que incluso en aquellas personas con mala condición física que tienen factores de riesgo cardiovascular (diabetes, hipertensión, obesidad, etc.), realizar este ejercicio vigoroso en ráfagas cortas de tiempo de hasta dos minutos y cuatro veces al día reduce la mortalidad en un 27%», concluye.
FUNIBER patrocina una variedad de programas que se especializan en esta área de actividad física y entrenamiento. Por ejemplo, algunos de los cursos son la Maestría en Rendimiento Deportivo: Entrenamiento y Valoración Funcional y la Maestría en Optimización en Rendimiento Deportivo.
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