Los espacios de juego sufren una evolución constante para adaptarse a las necesidades de los más pequeños, priorizando siempre la seguridad.
Los espacios de juego para los niños reciben muchos nombres: terrenos lúdicos, parques, calles de juego, etc. Su origen se remonta a finales del siglo XIX. En México no fue hasta mediados del siglo pasado cuando se popularizó entre arquitectos y diseñadores del país.
Según destaca el historiador de arte Aldo Solano para la web Plataforma Arquitectura, la evolución de estos espacios estuvo marcada por el Conjunto Urbano Presidente Miguel Alemán, un grupo de edificios destinados a familias en la ciudad de México.
“El Conjunto Presidente Alemán fue el punto de partida para muchas tipologías arquitectónicas, que luego replicaron en conjunto con la tipología de multifamiliar. Contaba con alberca pública, muchos jardines y guardería en la que se encontraban espacios de juego infantiles”, indica la web citada con anterioridad.
El perfil profesional encargado de estos diseños también ha evolucionado con los años. Fue el arquitecto el que originariamente cumplía con un rol más destacado en la creación de estos espacios lúdicos. A partir de los años 70, la figura del diseñador industrial adquiere relevancia.
Sin embargo, los diseñadores encontraron dificultades en el camino: “al diseñador industrial le toma tiempo encumbrarse en el desarrollo de playgrounds. Por un lado, el gobierno mexicano, ya tenía su fórmula masivamente replicable. Por el otro, los arquitectos que aún construían todos los aspectos de la vida, no necesitaban de un diseñador industrial”.
Todos aquellos profesionales que deseen ampliar su formación para desarrollar nuevos proyectos vinculados a las necesidades actuales, podrán cumplir su objetivo con los programas universitarios patrocinados por FUNIBER. Uno de los cursos ofrecidos es la Maestría en Proyectos de Arquitectura y Urbanismo.
Fuente: La historia de los playgrounds o espacios de juego en México
Foto: Todos los derechos reservados.