Los principios enmarcados en la Nueva Agenda Urbana, impulsada por las Naciones Unidas, son el motor para el desarrollo de ciudades compactas, integradas y socialmente inclusivas. Esta creciente tendencia urbanística se centra en la planificación y el diseño de urbes que dan voz a los ciudadanos y promueven la inclusión social.
La fuerte corriente migratoria de los últimos decenios y el imparable proceso urbanizador en los grandes núcleos urbanos del planeta, ponen de relieve la necesidad de una planificación urbanística que permita la recuperación de espacios públicos y garantice la armonía de los ciudadanos.
Medidas como las tomadas en París mediante la transformación de algunos de sus espacios públicos para convertirlos en únicamente peatonales, o las de Barcelona a través de la creación de las “Supermanzanas”, con restricciones al tráfico, buscan devolver ambientes más saludables y revitalizar zonas para uso y disfrute de los ciudadanos.
La revitalización de los espacios públicos a través de la acción urbanística es una política que ha generado un buen recibimiento y cada vez es más adoptada por los líderes mundiales. La medida permite generar experiencias positivas y disminuir impactos ambientales que además fomentan la economía, así como la cohesión social por la preservación de los espacios naturales en la metrópolis.
En América Latina y el Caribe, se llevó a cabo una Convocatoria promovida por el Programa de la ONU para los Asentamientos Urbanos (ONU-Habitat) mediante un cuestionario a organizaciones, municipios y ciudadanos. El objetivo era identificar aquellas intervenciones urbanas que habían generado experiencias positivas en sus ciudades.
La Nueva Agenda Urbana incluye la planificación y diseño urbano, la legislación y el financiamiento urbanos como pilares fundamentales en los procesos de revitalización de espacios públicos. Asimismo, se consideran otros aspectos más transversales socialmente como los climáticos, la promoción de la igualdad y los derechos humanos como valores intrínsecos de esta tendencia urbanística.
La ciudad ecuatoriana de Quito, nombrada patrimonio de la Humanidad en 1979, es una de las ciudades que representan este equilibrio y revitalización. Gracias a la intervención urbanística realizada para la mejora del estado de asentamientos precarios y abandonados, fue posible la fomentación de la seguridad.
Asimismo, Buenos Aires en Argentina, a través de la incorporación de carriles para movilidad de vehículos sostenibles como las bicicletas, ha sido otro de los ejemplos de buenas prácticas en la revitalización de espacios para la sostenibilidad
La planificación urbanística sostenible no sólo trae consigo mejoras en el bienestar de la ciudadanía y aboga en pro de la sostenibilidad y preservación de espacios. Además, representa una forma de beneficiar la economía de la ciudad mediante la creación de empleo y la revalorización de áreas urbanas que favorecen un mayor retorno de la inversión.
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Fuente: Ciudades del futuro invierten en la revitalización de espacios públicos
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