Ya decía el dicho que la unión hace la fuerza. Pero la unión entre empresas concurrentes es algo improbable. En Suecia, parece que además de ser posible resulta ser también un gran éxito. Es el caso de Lindholmen Science Park que desarrolla proyectos de innovación que reúne a los fabricantes del mismo sector, instituciones académicas y organismos públicos. Actualmente, un proyecto que reúne a los automovilistas, empresas y universidades está desarrollando un sistema de transporte urbano con cero emisión de contaminantes. El sistema se implantará en la ciudad de Gotemburgo.
El parque científico se viene desarrollando hace más de 15 años, produciendo colaboraciones e innovaciones. Actualmente circulan allí 21 mil personas entre trabajadores, empleados y estudiantes. Los principales proyectos desarrollados pertenecen a las áreas de transporte, media y tecnología.
Según el director del local, Rosario Castro, “la ventaja de la acción colaborativa es la división de las inversiones y riesgos. El centro gestiona el proyecto con neutralidad y la propiedad intelectual final es libremente negociada entre los socios”, señala.
Exportación del modelo
Parece que el modelo se exportará a América Latina. En Brasil, a través del Centro de Investigación e Innovación Sueco-Brasileño en São Bernardo do Campo, en la Gran São Paulo, que tiene una sociedad con Lindholmen Science Park, hay una propuesta para desarrollar el trabajo colaborativo entre empresas en Brasil.
Según la directora de CISB, Alessandra Holmo, “trabajar con rivales sigue siendo un tabú en la mayoría de los parques tecnológicos brasileños”. Si bien hay proyectos individuales, puntuales y centros incubadores, “queremos cambiar eso trayendo la cultura sueca de innovación colaborativa para aquí”, manifiesta.
Foto: Cortesía Lindholmen