La tendencia en la alimentación a nivel mundial ha cambiado mucho en las últimas décadas, cada vez hay más productos industrializados y comida rápida al alcance de la población. La obesidad se presenta ahora como una tendencia en todos los países, y los niños también comienzan a padecer esta nueva enfermedad. Sandra Sumalla, profesora de la maestría en nutrición de FUNIBER nos brinda detalles sobre la evolución de la obesidad infantil en el mundo y sus posibles causas.
La investigadora destaca que desde la década de los 80, la prevalencia combinada de sobrepeso y obesidad ha aumentado en un 50% a nivel mundial. Sumalla manifesta que la tendencia afectará tanto a los adultos como a la población infantil y adolescente, e indica que en América Latina de 22 a 26 millones de niños en edad escolar tienen exceso de peso; siendo de este grupo el 34,5% mexicanos, 33,5% brasileños y 19% colombianos.
El sobrepeso y la obesidad están vinculados a otras enfermedades. Sumalla asegura que los niños obesos «tienen mayor riesgo de padecer problemas psicológicos, alteraciones gastrointestinales, enfermedades cardiovasculares y diabetes. Además, también tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión, resistencia a la insulina y dislipemias, que forman parte del bien conocido síndrome X».
La docente de la maestría en nutrición de FUNIBER indica que al llegar a la edad adulta, aquellos que fueron niños obesos tendrían más posibilidades de ser adultos obesos y serían personas con «un mayor riesgo de desarrollar patologías como enfermedades cardiovasculares, diabetes, osteoartritis y otras patologías musculoesqueléticas, algunos tipos de cáncer (colon, pecho, próstata…) y problemas de movilidad».
Las causas de la enfermedad
Sumalla indica que la obesidad puede ser causada por múltiples factores, siendo los más importantes la alimentación y el ejercicio físico.
La investigadora indica que se debe considerar aspectos como la genética, el estilo de vida, el lugar de residencia, la exposición a medios de comunicación, la calidad del sueño entre otros factores, como posibles causas del incremento de peso del niño. «Todo el entorno del niño puede influenciar en el desarrollo de la obesidad, por ejemplo la alimentación de la madre antes de quedar embarazada y durante el embarazo se ha visto que tiene una gran importancia. Tanto si sufre o sufrió desnutrición durante su vida como si sufre obesidad afectará a la manera en que su hijo metabolizará los nutrientes», destacó Sumalla.
La influencia de los medios de comunicación también es relevante. La profesora de nutrición resalta que los niños no entienden el propósito de los anuncios en televisión, por esa razón los pequeños consideran los comerciales de alimentos poco saludables (ricos en grasa, azucares, sal…) como programas infantiles. Es por esta razón que algunos países prohíben la emisión de ese tipo de comerciales durante el horario de protección infantil.
Algunos hábitos poco saludables pueden influir también en el peso del niño. Algunos estudios indican que los niños que duermen poco o aquellos que tienen un televisor en su habitación tienen mayor probabilidad de ser obesos.
Medidas de prevención
Para prevenir la obesidad infantil los países deberían aplicar políticas orientadas a reducir la prevalencia de dicha enfermedad entre los niños. Pero no hay un camino definido para lograr reducir los niveles de obesidad infantil.
Respecto a las políticas de prevención, Sumalla afirma: «Lamentablemente todavía existe poca conciencia a nivel de salud pública de que la obesidad infantil es un grave problema, sobre todo en países donde hasta hace pocos años el principal problema era la desnutrición infantil. Sin embargo hay que tener en cuenta que desde hace unos años ya se encuentran casos de niños que padecen obesidad (exceso de grasa corporal) y desnutrición a la vez, lo que complica su abordaje y visibilidad».
Desarrollar una estrategia para frenar la obesidad infantil no es sencillo, porque se deben abordar múltiples aspectos que influyen en la alimentación y conducta de los niños. Sumalla indica que las políticas deben enfocarse tanto en disminuir el ambiente obesogénico, y al mismo tiempo abarcar los factores biológicos y de comportamiento que influyen en el incremento de peso de los niños. Adicionalmente la profesora de la maestría en nutrición de FUNIBER indica que se debe considerar que en el caso de los niños «es primordial el rol de los padres y profesores en su papel de estimular conductas y estilos de vida saludables desde la primera infancia».
La prevención de la obesidad infantil será una gran tarea para los países de América Latina en los próximos años. La OMS indica que para el año 2025 la mayor parte de niños obesos estarán en países de ingresos medios y bajos.