La obesidad infantil está creciendo a niveles alarmantes. Una de las medidas recomendadas por los médicos para evitar el incremento de peso en los niños ha sido eliminar la comida basura de la dieta de los menores, pero ¿es la única medida? ¿cómo se puede limitar el consumo de comida basura y alimentos procesados cuando están disponibles en todo lugar?. Los especialistas ahora recomiendan hacer más sabrosos los alimentos saludables que consumen los niños. Al agregar una salsa, grasa, sal o azúcar se puede hacer más apetecibles los alimentos como la brócoli o el plátano, que a veces podrían ser rechazados por los menores.
La Academia Americana de Pediatría de Estados Unidos recomienda que los niños coman una amplia variedad de “alimentos completos”, incluyendo: frutas, verduras, granos integrales, frutos secos y pescado. En muchos casos los niños rechazarán estos alimentos, u optarán por alimentos industrializados o comida basura. El reto es grande, pero de acuerdo a las directrices publicadas el 23 de febrero en la revista Pediatrics, los padres deberían hacer los alimentos de los niños más sabrosos.
Es necesario ahora mejorar los alimentos que los niños llevan a las escuelas. Si la dieta es saludable, no pasará nada si los niños consumen un poco de grasa y azúcar, indican los investigadores.
El Doctor Robert Murray, profesor de nutrición humana en la Universidad Estatal de Ohio, indicó que los padres no solo deberían enfocarse en eliminar los alimentos nocivos. El problema radica en que los menores han preferido ingerir alimentos ricos en calorías y descartar los nutrientes clave, por ello es necesario proveerles de alimentos nutritivos, que podrían contener pequeñas dosis de azúcar, grasa o sal.
Murray indica que los padres deberían pensar en los edulcorantes, la grasa, la sal y las especias como “maneras de hacer que los alimentos ricos en nutrientes resulten más sabrosos para los niños”.
Wesley Delbridge, dietista registrado y vocero de la Academia de Nutrición y Dietética de Estados Unidos, manifiesta que “a los niños les gustan las salsas” y sugirió que los pequeños tendrán más deseos de comer verduras si se sirven con una pequeña cantidad de aderezo bajo en grasa o humus.
Delbridge sugirió que hacer que los niños participen en la compra de alimentos en el supermercado y colaboren en la preparación de la comida puede ser una estrategia que ayudaría a mejorar el consumo de alimentos nutritivos por parte de los menores; por ejemplo, se podría preguntarles cuáles son las frutas o verduras que preferirían para el almuerzo. “Se necesita un promedio de 12 exposiciones a un nuevo alimento para que el niño lo acepte”, indicó el especialista.
Delbridge resalta que se deben reforzar las buenas impresiones psicológicas de los niños frente a ciertos alimentos. “Es clave que se sienten a cenar todos como una familia” indicó, al mismo tiempo que destacó que los padres deben enseñar a los niños hábitos de alimentación sanos, para “crear un vínculo con ellos”. El investigador aconseja a los padres que hagan “que la cena sea divertida”, porque “esas verduras podrían acabar siendo la `comida´ que te hace sentir como en casa”, con el tiempo los niños relacionarán esos alimentos con recuerdos agradables. Pero destacó que no hay que rendirse, “si a su hijo no le gusta algo a la primera vez, inténtelo de nuevo cocinándolo de forma distinta”.
Fuente:
Revista Pediatrics
http://pediatrics.aappublications.org/
Enlaces a páginas con recetas saludables para niños:
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Juegos educativos para una alimentación saludable:
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Foto:
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