Un nuevo estudio publicado en la revista Hypertension, indica que las personas que consumen regularmente alimentos que contienen probióticos podrían bajar su hipertensión. Al parecer los probióticos brindan mayores beneficios a las personas con niveles de hipertensión más altos, y los probióticos con un mayor número de bacterias lograban una mayor reducción de la hipertensión en comparación con los probióticos que contenían un solo tipo de bacterias. Además se indicó que las personas que consumieron probióticos por menos de dos meses no experimentaron una mejoría en su presión arterial.
El estudio permitió identificar que las personas que consumieron probióticos experimentaron una reducción de la presión arterial sistólica de unos 3.6 milímetros de mercurio y una reducción de la presión arterial diastólica de unos 2.4 mm Hg, en comparación con los que no consumieron probióticos.
Los investigadores indicaron que al parecer los probióticos brindan mayores beneficios a las personas que tienen niveles más altos de hipertensión.
La autora del estudio, la doctora Jing Sun , de la Universidad Griffith en Australia, indicó que el consumo de probióticos podría ser parte de un estilo de vida saludable que ayude a reducir la hipertensión y mantener niveles de presión arterial sanos.
El Dr Bruce Rutkin cardiólogo en el Hospital de la Universidad de North Shore en Manhasset, en Nueva York, informó que estudios anteriores habían demostrado que los probióticos tienen un impacto favorable en la presión arterial, logrando una reducción de los niveles de colesterol LDL (o colesterol «malo»), ayudando además a controlar el nivel de azúcar en la sangre y reducir la resistencia a la insulina, un factor clave en la diabetes.
Rutkin considera que la ingesta de probióticos, en combinación con un estilo de vida saludable para el corazón podría ayudar para modificar el riesgo cardiovascular.
Otros especialistas indicaron que se requieren más estudios porque la investigación presentada muestra una asociación entre la ingesta de probióticos y una lectura más baja de la presión arterial, pero no demostró causalidad.
Para la Dra. Merle Myerson, del Centro de Prevención de las Enfermedades Cardiovasculares del Hospital Mount Sinai y St. Luke’s Roosevelt, en la ciudad de Nueva York, el nivel de reducción alcanzado fue «modesto». Pero indicó que el estudio establece un punto de partida para otras investigaciones.
Fuente:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_147455.html
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