Dos estudios revelan que desarrollar el hábito de masticar despacio permitiría lograr una mayor sensación de saciedad y de esa forma evitar la obesidad. Además uno de los estudios señala que la elección de alimentos del entorno social influye en el individuo.
La investigación sobre la velocidad con la que se mastican los alimentos fue publicada en la revista Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics. Este estudio involucró a dos grupos: un grupo compuesto por individuos con peso normal y otro por personas con sobrepeso u obesidad.
Se indicó a los dos grupos que debían tomar dos comidas, en una debían imaginar que no tenían restricción de tiempo, que podían comer tomando bocados pequeños, masticando repetidas veces, poniendo la cuchara en la mesa entre bocado y bocado y realizando pausas. En la siguiente comida los participantes debían imaginar que tenían prisa por alguna razón, que tomaran los alimentos a bocados grandes y que debían masticar rápido y sin pausa.
Se identificó que durante la comida más lenta los participantes lograron una mayor sensación de saciedad, sintieron menos hambre una hora después y tomaron más líquidos mientras se alimentaban masticando despacio.
Durante el estudio se pudo observar que comer lento solo ayudaba a lograr una reducción calórica entre las personas de peso normal, esto sucedía de acuerdo a los investigadores porque las personas con obesidad se sentían presionadas al estar en un entorno que procuraba alimentarse correctamente.
De acuerdo a los investigadores al menos 15 estudios demuestran que el entorno social influye sobre las decisiones del individuo. Eric Robinson, de la Universidad de Liverpool, manifiesta que si un individuo se identifica como miembro de una comunidad local y percibe que ese grupo se alimenta sano, entonces «esa persona podría alimentarse saludablemente con el fin de mantener un consistente sentido de identidad social».
Es necesario comprender el comportamiento de las personas y las razones que motivan ciertas conductas para establecer políticas que permitan controlar la epidemia de la obesidad.
fuente
http://www.elmundo.es/salud/2013/12/30/52c179db22601d205b8b4572.html