Estudios publicados en la revista Nature indican que algunas especies de corales podrían adaptarse al incremento de temperatura de los océanos. Este reciente hallazgo permitiría desarrollar nuevas estrategias para la conservación de los arrecifes de coral que han sufrido un enorme impacto como consecuencia del calentamiento global. Las formaciones de coral son elementos esenciales en el desarrollo de la cadena alimenticia de importantes ecosistemas marinos y sostienen la vida de miles de especies y es importante protegerlas para no afectar la biodiversidad marina.
James Cook, biólogo de la Universidad James Cook en Queensland, Australia, indicó que las investigaciones en torno al genoma de los corales no necesariamente lograría salvar a ciertas especies, pero los genomas ayudarían a los científicos a identificar los genes responsables de luchar contra el estrés ambiental, y eventualmente podrían trasladarse esos conocimientos a los esfuerzos por mejorar la conservación de los corales.
Se ha logrado secuenciar el genoma de la Acropora digitifera y la Acropora millepora y se ha estudiado además la relación de estas especies con un tipo de alga dinoflagelada llamada zooxantela, un organismo que vive en los corales y les da su color. Cuando la temperatura sube el alga pierde su pigmentación o muere, y como consecuencia el coral se torna blanco y muere también, un proceso que se conoce como blanqueamiento de corales. Los investigadores esperan que los conocimientos obtenidos en estos estudios permitan desarrollar mecanismos para reducir la muerte de los corales.
Los estudiantes de las maestrías y especialidades en medio ambiente de FUNIBER reciben la formación necesaria para elaborar estrategias para paliar los efectos del calentamiento global en las regiones en las que laboran.
Fuente:
http://fnbr.es/17y