El envejecimiento poblacional es un fenómeno global que presenta desafíos y oportunidades para las sociedades modernas. A medida que aumenta el número de adultos mayores, se comprende que el envejecimiento saludable y el bienestar de esta población son prioritarios.
No obstante, un estudio revela que existe una desigualdad significativa entre los adultos mayores en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD por sus siglas en inglés). La OECD es una organización internacional de carácter intergubernamental en la que los miembros trabajan de manera conjunta para responder a los retos económicos, sociales y ambientales derivados de la interdependencia y la globalización.
La importancia de envejecer en el hogar para los adultos mayores
La mayoría de adultos mayores desean envejecer en sus lugares o comunidades de origen, ya que les da un sentido de identidad, autonomía y conexión. El envejecimiento en el hogar es un proceso que se ve influido por la salud, la capacidad funcional, los servicios sanitarios y de apoyo, el entorno y las preferencias individuales. Sin embargo, la investigación realizada por expertos de la Universidad McGill y de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Montreal, titulada «Social inequity in ageing in place among older adults in Organisation for Economic Cooperation and Development countries: a mixed studies systematic review», revela que muchos adultos mayores en los países de la OECD no pueden envejecer en su hogar y comunidad debido a diversas barreras económicas y socioculturales. Estas barreras incluyen acceso desigual a servicios de atención médica, viviendas adecuadas, transporte, bienestar social y oportunidades de participación comunitaria.
Las necesidades de salud y apoyo no satisfechas pueden crear barreras para una estancia segura en el hogar, lo que a su vez puede resultar en una mayor necesidad de atención a largo plazo o en un acceso limitado a los mismos cuando sea necesario.
Desafíos y brechas socioeconómicas
El estudio destaca que las personas mayores de bajos ingresos y con bajos niveles de educación enfrentan mayores dificultades para envejecer en su lugar de residencia que aquellos con mayor estabilidad económica. Esto se atribuye en gran parte a la falta de recursos disponibles para acceder a los servicios y apoyos necesarios para el envejecimiento saludable. Además, las mujeres tienen menos probabilidades de envejecer en el hogar debido a una mayor expectativa de vida, la carga de enfermedades crónicas y limitaciones funcionales, así como diferencias en el cuidado conyugal. Por otro lado, se encontró que los adultos mayores que pertenecen a grupos minoritarios étnicos o culturales también enfrentan desafíos adicionales, ya que a menudo experimentan discriminación y tienen un acceso limitado a los recursos sociales y de atención médica.
Promoviendo la equidad y un envejecimiento activo
La investigación sugiere que para abordar esta desigualdad y promover un envejecimiento activo y saludable, es importante implementar políticas y programas que reduzcan las brechas sociales y económicas. Esto puede incluir acciones como mejorar el acceso a servicios de salud, crear viviendas asequibles y adaptadas para personas mayores y fomentar la participación comunitaria y la conexión social.
En conclusión, esta revisión destaca la importancia de considerar la equidad social en el enfoque del envejecimiento en el hogar. Si bien el deseo de envejecer en casa es compartido universalmente, solo puede ser una realidad para aquellos que tienen recursos y acceso adecuados. Por lo tanto, es esencial trabajar en políticas y programas inclusivos que reduzcan la disparidad social en la capacidad de las personas mayores para vivir y envejecer en su entorno familiar.
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