Un profesor español cita cuatro aspectos importantes que se deben tener en cuenta en la hora de usar la metodología del aprendizaje cooperativo.
El aprendizaje cooperativo presenta muchos beneficios. Los alumnos pueden mejorar habilidades de trabajo en equipo, de responsabilidad propia y grupal, de solidaridad y compañerismo, además de mejorar habilidades sociales.
Esta metodología también ofrece una autonomía a los alumnos, que pasan a tener más protagonismo en el propio proceso de aprendizaje. El papel del profesor, en este sentido, es orientarles para que alcancen los objetivos esperados en la asignatura.
Para el desarrollo de este conocimiento, es importante también que el alumno consiga aprender de las propias experiencias con el trabajo cooperativo, y conseguir analizar el comportamiento en las tareas colaborativas.
En el artículo, el profesor Santiago Moll, del Instituto de Educación Secundaria Badalona VII, en España, explica algunas prácticas interesantes para las clases de aprendizaje cooperativo:
Cuestiones sobre la formación de grupos – “Es uno de los aspectos clave de la metodología cooperativa”. Saber seleccionar y agrupar a los alumnos podrá compensar las diferencias y mejorar el espíritu cooperativo. El profesor recomienda que se espere algunos días antes de empezar a formar equipos, para que sea posible conocer individualmente a los alumnos y poder agruparlos de manera eficiente. El profesor también recomienda que este trabajo grupal se desarrolle durante por lo menos 3 meses y que otros docentes también continúen trabajando con las mismas formaciones grupales.
Crear un ambiente propicio – Los profesores también deben preocuparse de crear ambientes favorables para que los grupos se armonicen. “Y cuando me refiero al ambiente, no estoy hablando de la decoración de la clase, a que personalmente doy mucho valor, sino a un ambiente que tenga que ver con aspectos que sirvan para reafirmar la conciencia individual y de grupo”, afirma Santiago Moll. Citar frases que inspiren a la autoestima individual y a la colectiva como “soy capaz de ayudar a mis colegas” y “¡trabajamos muy bien!”.
Dinámicas de Grupo – Como profesor, es importante enseñar a realizar el trabajo en equipo. O sea, desarrollar dinámicas de grupo para que se estimule la cohesión y la cooperación. Al final, la metodología debe permitir el aprendizaje de la práctica de cooperar, de actuar colectivamente.
Desarrollar el currículo a través de estructuras cooperativas – El profesor Santiago Moll recomienda que con la experiencia del trabajo en equipo, se empiece a trabajar con las llamadas estructuras cooperativas. Recomienda las Estruturas Kagan, que parten del principio simple: “conseguir que todos los alumnos estén involucrados en una tarea y que así la clase se transforme en algo fácil y divertido”, dice.
Explica además que hay cuatro principios que rigen a estas estructuras:
- Interdependencia Positiva
- Responsabilidad Individual
- Participación Equitativa
- Interacción Simultánea
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Fuente: 4 recomendaciones para implantar el aprendizaje cooperativo en el aula
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