La información errónea ha influido las actitudes y comportamientos en torno a las medidas de protección frente al COVID-19. Estas falsedades son un obstáculo continuo mientras el mundo lucha por superar el virus.
La información errónea, también llamada noticias falsas, se refiere a cualquier afirmación o representación que sea inexacta o falsa, y desinformación destinada a engañar.
“La información errónea ha alcanzado proporciones de crisis”, dice el biólogo evolutivo de la Universidad de Washington, Carl Bergstrom, “[La desinformación] representa un riesgo para la paz internacional, interfiere con la toma de decisiones democrática, pone en peligro el bienestar del planeta y amenaza la salud pública”.
Las controversias recientes sobre la desinformación que circula ampliamente en los servicios de transmisión populares y las redes sociales han renovado los llamados a una mayor supervisión y aplicación de estos canales de medios.
Por ejemplo, la compañía Meta, la cual controla Facebook, Instagram y WhatsApp, se ha comprometido a luchar contra la difusión de información errónea. Se han unido con la agencia International Fact-Checking para identificar y revisar este contenido.
A pesar de que existen estos esfuerzos, los psicólogos que estudian las noticias falsas advierten que es una batalla cuesta arriba, que en última instancia requerirá un esfuerzo cooperativo global entre investigadores, gobiernos y plataformas de redes sociales.
En 2018, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts publicaron un estudio en la revista Science que muestra que las noticias falsas se difunden “más lejos, más rápido, más profundo y más ampliamente que la verdad”.
El estudio explica que la razón por la cual la desinformación se divulga fácilmente es debido a que a la gente le gusta la novedad, y es probable que las historias falsas sean más novedosas. De ser cierto, esto podría permitir que las noticias falsas se identifiquen automáticamente, simplemente por la forma en que se propagan.
Investigaciones psicológicas respaldan varios métodos para contrarrestar la información errónea. Una es desacreditar la información incorrecta después de que se haya difundido.
El profesor de psicología, Norbert Schwarz, de la Universidad de California, explica que la mejor manera de lograr esto es advirtiendo a las personas que una información específica es falsa y explicando por qué una fuente podría mentir o estar mal antes de encontrar la información de forma orgánica.
FUNIBER patrocina programas académicos para aquellos profesionales interesados en este tema, como, por ejemplo:
Fuentes:
Science: “Studying – and fighting – misinformation should be a top scientific priority”
American Medical Association: “Stopping misinformation, restoring trust are steps on same journey”
American Psychological Association: “Controlling the spread of misinformation”
Meta: “Información sobre la verificación de información en Facebook”
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