Utilizar los recuerdos para vender más

La nostalgia vende más. Las empresas que pretenden lograr un crecimiento a largo plazo deben plantear estrategias en la que se generen experiencias que en el futuro pudieran ser aprovechadas para generar asociaciones afectivas con sus productos o servicios, y de esta forma vender más a los clientes actuales.

Investigadores en el área de comportamiento del consumidor, han identificado que a medida que pasan los años solemos fijar con mayor fuerza nuestros recuerdos de infancia y «colorearlos» con un tono más agradable. Es un fenómeno que se conoce como «reminiscence bump», en el que las personas mayores obtienen una percepción más clara de los recuerdos de la infancia y primera juventud, mientras que, al mismo tiempo, sus recuerdos de infancia son percibidos de forma más positiva y emocional.  Esta tendencia produce en las personas la sensación de que sus primeros años fueron más felices y los productos consumidos en esa época eran de mejor calidad.

Estudios publicados en Journal of Consumer Research indican que los compradores suelen  tener menor control del dinero cuando la compra está asociada a una emoción de nostalgia, y se ha demostrado que la nostalgia tiene un efecto directo en las ventas.

Pero crear una situación que recurra a la nostalgia no es sencillo, es necesario involucrar al consumidor con la experiencia de compra y crear un recuerdo placentero. La marca debe generar un recuerdo que, con el paso de los años, sea atesorado como una experiencia relevante, que valdría la pena repetir a pesar del costo. Para generar el recuerdo positivo la marca debe hablar el mismo lenguaje que el consumidor, a partir de un contexto de experiencia satisfactorio.

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Fuente:

http://www.puromarketing.com/index.php?cat=13&id=25043

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