La incorporación de tecnología en el mundo actual ha permitido acelerar los procesos corporativos. Sistemas de comunicación, de gestión y control, permiten aumentar la competitividad de la empresa en el mercado global, pero el uso de todos estos sistemas tiene un enorme impacto en la salud de los empleados. Los celulares se han convertido en aparatos que aseguran un enlace permanente con la organización y en los últimos años la presión sobre los empleados se ha incrementado notablemente respecto a las décadas anteriores. El nuevo entorno empresarial ejerce gran presión sobre los empleados, incrementando los niveles de estrés en las personas, es por esta razón que adquirir habilidades para controlar la tensión emocional resulta esencial para mantener el equilibrio en la organización.
El catedrático Juan Carlos Seminario indica en su blog que en el nuevo entorno corporativo se ha establecido una necesidad de alta productividad que se enfrenta directamente con un mecanismo de defensa que posee el organismo humano: la tendencia a huir o atacar frente a una amenaza. Cabe resaltar que en el entorno empresarial no existen situaciones que amenacen la vida de las personas, pero las respuestas del organismo se adaptaron a la sobrevivencia en la jungla o entornos hostiles, donde el hombre debía enfrentar a un tigre y el organismo liberaba adrenalina y otras sustancias en el torrente sanguíneo para hacer frente a la amenaza. En el entorno actual, los estímulos que inician una respuesta de huir o atacar no son letales, podría ser un jefe enfadado o la presión por presentar un informe, pero nuestra mente lo interpreta como un evento altamamente peligroso.
La continua descarga de adrenalina en el organismo genera estrés, una condición que se ha difundido a nivel global en el entorno corporativo. El estrés a largo plazo puede producir enfermedades o empeorar las dolencias existentes. Es necesario que los empleados aprendan a controlar sus niveles de stress, ya que, de acuerdo a Seminario, el estrés, correctamente modulado, puede transformarse en un «estimulante extraordinario».