Los huertos urbanos son, cada vez más, una opción a la hora de hacer de las ciudades entornos más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
Este tipo de agricultura colaborativa ayuda a crear conciencia ecológica al mismo tiempo que promueve políticas sociales. El aumento de los huertos urbanos dentro de los planes de desarrollo de los espacios públicos se debe, en gran medida, a la firma del primer protocolo en materia alimentaria a nivel municipal.
El Pacto de Política Alimentaria Urbana de Milán (MUFPP) se aprobó el pasado 2015 y cuenta con el apoyo de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Las ciudades promotoras del proyecto fueron Milán, Turín, Barcelona, Bilbao, Utrecht, Gante, Brujas y Marsella; así como un gran número de actores sociales.
Desde entonces, se han unido a la iniciativa más de 150 ciudades de todo el mundo. El objetivo, en concordancia con la FAO, es proporcionar alimentos frescos contribuyendo así a la inseguridad alimentaria de las familias. Además, con estas prácticas se genera empleo local y se fortalece la resiliencia de las ciudades frente a las amenazas del cambio climático.
“La crisis económico-financiera, el deterioro ambiental de las ciudades y la creciente toma de consciencia sobre la insostenibilidad del actual sistema alimentario, son las principales impulsoras de este crecimiento de los huertos urbanos”, afirma el sociólogo y economista Gregorio Ballesteros, en su estudio Agricultura urbana en España.
No sólo se promueve la alimentación ecológica sino que los huertos urbanos se entienden como zonas verdes, sostenibles y de ocio, dedicas a la educación ambiental, la formación y el entretenimiento. La Maestría en Gestión Integrada: Medio Ambiente, Calidad y Prevención, patrocinada por FUNIBER, permite formar a profesionales interesados en los nuevos fenómenos de distribución agraria en las ciudades desde una óptica multidisciplinar.
Fuente: La solución estaba en un invernadero
Foto: Todos los derechos reservados.