Nuestra alimentación influye en nuestra salud. De acuerdo a los expertos, la salud de una persona después de los 40 años estará marcada por la alimentación que haya considerado durante toda su vida. Los alimentos asimilados permitirán que se manifiesten los genes de la salud o la enfermedad, y por tanto resulta necesario conocerse a uno mismo para decidir por la mejor alimentación. Los alimentos que podrían ser buenos para algunas personas, podrían no ser la mejor respuesta para otras.
José María Ordovás, director del Laboratorio de Nutrición y Genética de la Universidad de Tufts, en Boston, Estados Unidos, indica que los alimentos no tienen los mismos efectos en todas las personas. El experto afirma que debemos considerar dos aspectos en torno a la dieta: por un lado algunos alimentos propician que determinados genes «se expresen más o menos, antes o después, porque no hay una sincronía perfecta», y por otro lado se debe considerar que nuestras mutaciones nos hacen diferentes a los demás y también están «más o menos supeditadas a esos cambios en la dieta».
Ordovás opina que las personas nos dejamos llevar por el exceso de información, pero todavía no se ha descubierto una dieta que resuelva los problemas de todos los ciudadanos, por eso es necesario apuntar a la personalización.
Alimentos que en el pasado eran considerados buenos para la salud hoy son descartados, como el caso de la margarina; otros son rescatados y se recomiendan como parte de una dieta saludable, como el aceite de oliva.
El experto indica que la influencia de los genes resulta muy evidente como en el caso del consumo del café para llevar una vida libre de enfermedades neurológicas. Ordovás señala, que para las personas que no tienen el gen metabolizadór rápido no es recomendable ingerir mucha cafeína, porque no es cardiosaludable o neurosaludable, pero para aquellas personas que sí tienen el gen, podría resultar beneficioso el consumo de café.
Genética y obesidad
En todo el planeta la obesidad es una preocupación para los responsables de la salud pública. Ordovás considera que la obesidad «es un 50% genético y 50% ambiental», por esa razón el factor genético no es determinante, y somos las personas quienes, con un estilo de vida determinado, activamos determinados genes. Hasta el momento se han identificado 65 genes relacionados con la obesidad y los investigadores continúan realizando estudios.
El experto indica que se puede considerar toda clase de alimentos dentro de un régimen de vida saludable, pero se requiere actuar con moderación. Ordovás indica que se debería eliminar el concepto de alimentos buenos o malos, porque «todo depende de la dosis. Da igual lo bueno que sea un alimento, si comes sólo eso el resultado no será el esperado. Lo que importa es el patrón de la dieta en general».
Fuente:
http://www.elmundo.es/salud/2014/07/16/53c51a25ca47418a358b4582.html
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