Un equipo de investigadores ha identificado que el incremento del CO2 en la atmósfera produce una reducción significativa en las cantidades de hierro y zinc halladas en algunos alimentos básicos como el maíz, arroz, sorgo, guisantes y soja. Los investigadores a cargo del estudio indicaron que casi dos mil millones de personas tienen hoy grandes deficiencias de vitaminas y minerales, y teniendo en cuenta que es inevitable el incremento de CO2 en las próximas décadas, los especialistas consideran que podríamos enfrentar un importante problema de salud global.
El autor líder del estudio, el Dr. Samuel Myers, científico investigador y profesor de medicina de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard, resaltó que su estudio demuestra «que para 2050 una buena parte de la ingesta calórica del mundo habrá perdido una cantidad significativa de nutrientes como el zinc y el hierro, que son muy importantes para la nutrición humana». Myers calcula que casi 1.9 mil millones de personas reciben el 70 por ciento de hierro o zinc, o ambos nutrientes al consumir legumbres o granos.
Efectos en la salud
Lona Sandon, dietista registrada y profesora asistente de nutrición clínica de la Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern, en Dallas, calificó el problema como «muy grande». Sandon explicó que el hierro resulta esencial para la producción de glóbulos rojos y sin la cantidad adecuada de este mineral las personas podrían padecer de anemia, una enfermedad que causa fatiga y afecta la calidad de vida de las personas. Sandon destacó además que «el zinc es crítico para un sistema inmunitario que funcione. Sin él no se puede combatir un resfriado ni una infección, ni sanar las heridas».
El gran problema del CO2
El CO2 es producido en gran parte por la actividad humana, sobre todo por el uso de combustibles fósiles. Actualmente los niveles globales de CO2 se mantienen en 400 partes por millón en la atmósfera. Los expertos calculan que hacia el 2050 el mundo alcanzaría niveles cercanos a las 550 partes por millón. Este incremento afectaría los nutrientes de los cultivos a nivel global, como Myers demostró en su investigación publicada en la revista Nature.
El equipo de investigadores estableció siete centros de agricultura en Australia, Japón y Estados Unidos. Los cultivos de prueba se realizaron utilizando 41 versiones de granos y legumbres al aire libre, en zonas en las que los niveles de CO2 oscilaban entre 546 y 586 partes por millón.
Al finalizar el experimento se realizaron pruebas nutricionales a las cosechas y se pudo identificar que muchas variedades de arroz, guisantes, trigo y soja perdieron cantidades importantes de zinc y hierro. De acuerdo a los resultados obtenidos, por ejemplo, los niveles de zinc del trigo se redujeron en más de 9 por ciento y el hierro se redujo en un 5 por ciento. En el caso del trigo se identificó que los niveles de proteína se redujeron en más de 6 por ciento.
Myers reconoció que el incremento de los niveles de CO2 es inevitable «a menos que desarrollemos alguna tecnología completamente inesperada para eliminar inmensas cantidades de CO2 de la atmósfera, el impacto nutricional que observamos sucederá», destacó el investigador.
Soluciones
El investigador sugirió que para mitigar el problema se podría desarrollar cosechas que sean menos sensibles al incremento de CO2, o se podría fortificar los granos con cantidades adicionales de hierro y zinc. Otra medida para enfrentar el problema podría ser iniciar programas globales agresivos de complementación con minerales entre la población.
Fuente:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_146150.html