Mientras se siguen imponiendo sanciones a Rusia, la cuestión de hasta qué punto el mundo depende de los recursos petrolíferos y gasísticos rusos está en la mente de todos.
El martes, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la prohibición total e inmediata de las importaciones de petróleo, gas natural y carbón rusos. Gran Bretaña también anunció el martes que eliminará «la importación de petróleo y productos petroleros rusos para fines de 2022». La Unión Europea (UE) dijo que tiene previsto reducir las importaciones de gas ruso en dos tercios para finales de 2022 y dejar de utilizarlo definitivamente para 2030.
Queda por saber cómo reacciona el presidente ruso, Vladimir Putin, a estas nuevas sanciones que se suman a las otras sanciones económicas y financieras que se han impuesto a Rusia en las últimas semanas.
En previsión, el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, dijo que si se anunciaba un rechazo al petróleo ruso, tendría «consecuencias catastróficas para el mercado mundial» y que Moscú podría cerrar su principal gasoducto a Alemania.
Rusia es el tercer productor mundial de petróleo, tras Estados Unidos y Arabia Saudí.
Alemania, y toda Europa, depende del gas ruso: representa casi el 40% de las importaciones de gas natural de la UE. Estados Unidos depende menos de estos recursos rusos, ya que sólo el 3% de su petróleo importado procede de Rusia a partir de 2020.
Y los precios del petróleo y el gas natural, ya en alza, aumentarán drásticamente si Rusia deja de exportar. Europa podría importar más gas natural de Estados Unidos o aumentar el uso de otras fuentes de energía, pero no son alternativas fáciles. Se podría recurrir a los actuales exportadores de gas, como Qatar, Argelia o Nigeria, pero es difícil aumentar rápidamente la producción de esta manera.
Ben McWilliams, analista de investigación en política energética, dice a la BBC: «Es más difícil sustituir el gas porque tenemos estos grandes gasoductos que llevan el gas ruso a Europa».
En cuanto al petróleo, Arabia Saudí ha recibido anteriormente peticiones de Estados Unidos para que aumente su producción de petróleo, pero las ha rechazado para mantener los precios del petróleo más altos. Arabia Saudí es el mayor productor de la OPEP, el grupo de países que produce alrededor del 60% del petróleo crudo comercializado internacionalmente.
Aunque América Latina no comercia mucho directamente con Rusia, el aumento de estos precios amenazará el crecimiento económico y disparará la inflación en la región. Brasil y México son los principales productores del continente, mientras que Venezuela, Ecuador, Colombia y Argentina también producen, aunque en menor medida. Pero aunque el aumento de los precios parece ser bueno para los exportadores, es un gran problema por la inflación de los precios para todos.
Estas nuevas sanciones provocarán un aumento de las facturas de energía y combustible para los consumidores de todo el mundo.
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