Alrededor de 250 mil personas han muerto y más de 20 millones han perdido sus hogares como consecuencia de los desastres naturales que se han producido este año. El 12 de enero un terremoto de 7 grados en la escala de Richter cobró la vida de más de 220 mil personas en Haití, dejó a más de un millón de personas sin hogar, y desde entonces se inició una cadena de desastres que, casi mes a mes, ha sumado muerte y destrucción en todo el mundo.

Cuando se pensaba que lo peor había pasado, el 27 de febrero del 2010, un terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter y un tsunami en Chile dejaron alrededor de 500 muertos, más de 50 desaparecidos y 800 mil damnificados. Pero la cadena de desastres estaba lejos de acabar. Poco después en Funiber pronosticábamos una caída de temperatura que cubriría Europa ( http://blogs.funiber.org/medio-ambiente/2010/04/01/temperaturas-en-europa-podrian-caer-en-las-proximas-decadas/ ), fenómeno que se produjo meses después y se al parecer incrementaría su intensidad cada año.

Si la mayoría de políticos considera que es más importante la recuperación económica que atender el clima de la tierra, tal vez no se podrán tomar las medidas adecuadas para paliar el impacto de los desastres climáticos de los próximos años. Un equipo de científicos británicos de la Universidad de Oxford identificó que el glaciar Pine Island ha alcanzado un “punto de inflexión” o punto de no retorno que garantiza el colapso de esa masa de hielo, de continuar las condiciones como hasta ahora vastas zonas de los polos podrían alcanzar un punto de inflexión en algunas décadas. ( http://blogs.funiber.org/medio-ambiente/2010/02/01/cientificos-indican-que-el-principal-glaciar-de-la-antartida-ha-alcanzado-un-%E2%80%9Cpunto-de-inflexion%E2%80%9D/ )

En marzo, un iceberg de 2.500 kilómetros se desprendió de la Antártida, un desastre natural que si bien no afectó directamente a los humanos, causó modificaciones en el hábitat de millones de animales. No se han reportado los efectos que tuvo este desprendimiento sobre el clima mundial, pero los especialistas estuvieron de acuerdo en que este fenómeno afectaría la disponibilidad de alimento para animales silvestres. ( http://blogs.funiber.org/medio-ambiente/2010/04/01/iceberg-antartico-modificaria-corrientes-y-vida-del-oceano/ )

En abril, el volcán islandés Eyjafjalla hizo erupción causando caos para la industria de transporte aéreo. Miles de personas se vieron atrapadas en distintos continentes, al no poder volar desde y hacia Europa por el cierre de los principales aeropuertos. ( http://blogs.funiber.org/medio-ambiente/2010/05/03/volcan-paraliza-vuelos-en-toda-europa/ ) El día 14 de ese mes un terremoto de 7,1 grados en la escala de Richter acabó, en Quinghai (China), con la vida de casi 2700 personas, dejó 270 desaparecidos y 12 mil heridos.

A finales de abril, los tornados en Estados Unidos causaron la muerte de 10 personas. Vientos de hasta 240 kilómetros por hora y un enorme tornado de un kilómetro y medio de diámetro fueron dos de las fuerzas destructivas más poderosas que se registraron durante esta temporada de tornados en Yazoo City. (http://blogs.funiber.org/medio-ambiente/2010/05/03/diez-muertos-por-tornados-en-estados-unidos/ )

En mayo las inundaciones en Polonia causaron la muerte de 15 personas y pérdidas por más de dos mil millones de Euros. Luego las lluvias se trasladarían hacia el este de Alemania. ( http://blogs.funiber.org/medio-ambiente/2010/05/27/quince-muertos-por-inundaciones-en-polonia/ )

Aunque no es un desastre ocasionado por la naturaleza, la explosión de la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México resultó en una enorme catástrofe para la vida marina de una vasta zona. El accidente ocurrió a finales de abril y la plataforma se selló cinco meses después. Durante los meses que duró el derrame el petróleo llegó a cubrir una zona tan vasta como una gran ciudad. Causando una enorme mancha de petróleo que se puede ver incluso desde el espacio. Las imágenes captadas por la NASA lo dicen todo

En agosto, una ola de calor y un incendio que arrasó con 950 mil hectáreas del territorio ruso, afectó a decenas de localidades de esa región y causó la muerte de al menos 40 personas. De acuerdo a las autoridades las pérdidas materiales se calculan en casi 150 millones de dólares. ( http://blogs.funiber.org/medio-ambiente/2010/08/05/ola-de-calor-agrava-incendios-en-rusia-y-deja-mas-de-40-muertos/ )

En setiembre un deslizamiento de tierra en México dejó al menos 8 personas muertas y 100 desaparecidas en Oxaca, México.

En octubre la misma combinación mortal que se produjo en Chile azotó esta vez Sumatra. Un terremoto, y posterior tsunami quitaron la vida a más de 450 personas y se registraron  decenas de desaparecidos. Poco después haría erupción el volcán Merapi, matando a más de 38 personas ( http://blogs.funiber.org/medio-ambiente/2010/11/02/tsunami-y-terremoto-dejan-mas-de-430-muertos-en-indonesia/ ).

En diciembre, las inundaciones y deslizamientos de tierra en Colombia dejaron más de 50 muertos, el cierre de decenas de carreteras y cientos de personas damnificadas. En argentina se declaró un alerta roja por la ola de calor que llevó a la capital a temperaturas de hasta 38 grados centígrados. Mientras que en New York y Alemania la nieve causaba problemas a los sistemas de transporte.

La actividad sísmica y los volcanes cobraron gran actividad el 2010. En agosto, el Sinabung inició su actividad en Indonesia, en Colombia los volcanes Galeras y Machín tuvieron actividad. El Tungurahua en Ecuador erupcionó nuevamente, deteniendo los vuelos a países cercanos. A fines de mayo el gobierno de Guatemala decretó un  “estado de calamidad pública”  por la erupción del Pacaya. ( http://blogs.funiber.org/medio-ambiente/2010/09/01/26-volcanes-activos-en-el-2010-%C2%BFactividad-inusual/ )