Un equipo de investigadores logró mejorar la salud percibida y salud mental de ancianos residentes en zonas con barreras arquitectónicas, después de realizar una serie de cuatro paseos con voluntarios, utilizando una silla-oruga motorizada.
Participaron de esta experiencia 74 personas, con una edad promedio de 83 años. Al finalizar la intervención se registró una mejora del 21% en la salud percibida, un 24% en la salud mental y una reducción del 16% del malestar psicológico. Registrando además una tasa de satisfacción del 98%.
Para realizar este estudio, los investigadores localizaron en la comunidad a personas mayores aisladas en tres zonas desfavorecidas entre el 2009 y el 2011. Se programaron cuatro salidas quincenales con la ayuda de voluntarios, utilizando una silla-oruga motorizada para salvar las barreras arquitectónicas encontradas.
Las personas de la tercera edad que participaron reportaron una mejora en los índices de salud percibida y salud mental. Los investigadores recomendaron evitar que los ancianos residan en edificios con barreras arquitectónicas o implementar programas similares a la experiencia realizada con la silla-oruga motorizada.
Para este estudio cuasiexperimental se realizaron estudios de satisfacción y se compararon, con pruebas McNemar, los estados de salud percibidos, los índices de calidad de vida y salud mental antes y después de las cuatro salidas programadas.
Fuente:
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0213911114001344
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