El declive de la lectura recreativa: un desafío para la educación y la sociedad

En las últimas dos décadas, la lectura por placer ha experimentado una caída significativa, según estudios recientes. Este fenómeno, aunque más evidente en países como Estados Unidos, refleja una tendencia global que plantea importantes retos para educadores, padres y responsables de políticas culturales. 

Una disminución preocupante

Un estudio realizado por el University College de Londres y la Universidad de Florida, basado en datos de la Encuesta sobre el Uso del Tiempo en Estados Unidos (2003-2023), reveló que la proporción de personas que leen por placer diariamente disminuyó del 28% al 16% en veinte años. Esto equivale a una reducción anual del 3%. Este descenso no se limita a un formato específico, ya que afecta tanto a libros impresos como digitales y audiolibros.

Por otro lado, países como España presentan índices más alentadores, con un 65% de la población leyendo libros en su tiempo libre, según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros 2024. Sin embargo, en Argentina, solo el 51% de la población leyó al menos un libro en 2022, destacando una fuerte concentración del hábito lector en adolescentes por motivos escolares.

Factores detrás del fenómeno

El declive en la lectura recreativa responde a múltiples factores. Uno de los más destacados es el auge de las redes sociales y el consumo de contenido digital, que compiten directamente con el tiempo dedicado a la lectura prolongada y reflexiva. Además, la presión económica y el aumento de las horas laborales han reducido el tiempo disponible para actividades recreativas.

Otro aspecto clave es la brecha educativa y económica. Según un estudio estadounidense, las personas con mayor nivel educativo tienen el doble de probabilidades de leer por placer que aquellas con menor formación. Asimismo, los ingresos altos aumentan en un 50% la probabilidad de lectura recreativa, lo que evidencia desigualdades sociales que pueden perpetuarse en el tiempo.

Impacto en la formación de lectores

El estudio también señala que solo el 2% de los adultos en Estados Unidos lee regularmente con niños pequeños, a pesar de que más del 20% convive con ellos. Esto es preocupante, ya que la lectura compartida en la infancia es fundamental para desarrollar futuros lectores. En contextos como el argentino, el hábito lector suele diluirse en la adultez, especialmente debido a la falta de continuidad tras la etapa escolar.

La lectura compartida en la infancia es fundamental para desarrollar futuros lectores.

Estrategias para revertir la tendencia

Frente a este panorama, es crucial implementar estrategias que fomenten la lectura desde edades tempranas y en diversos formatos. Iniciativas como clubes de lectura, programas escolares que promuevan la literatura y campañas de sensibilización sobre los beneficios de la lectura pueden marcar la diferencia. Además, es necesario abordar las desigualdades sociales que limitan el acceso a libros y otros recursos culturales.

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Fuentes:

iScience
Infobae