Es necesario imponer normas en la educación de los hijos. Ésta es quizá unas de las premisas de las pautas educativas, muchas veces, reivindicada por los profesores a los padres. Muchos de los problemas de conducta que aparecen en niños con edad entre 2 y 12 años se relacionan con la falta de normas definidas en el contexto familiar.
De acuerdo con el pedagogo español Jesús Jarque García, las normas establecen límites, dan seguridad a los niños e indican lo que pueden y no pueden hacer. Para ser eficaz, la norma debe ser coherente y respetada por todos los miembros de la familia.
Antes de fijar las normas, los padres deben observar en el comportamiento del niño lo que es malo y debería cambiar, pero también acciones que el niño hace bien. Luego, podrán aplicar las normas sobre los aspectos que deben ser mejorados.
La doctora en Psicología y autora de diversas publicaciones sobre el aprendizaje y la evaluación, Teresa Artola González, nos indica también algunos elementos importantes para aplicar las normas en casa. La docente recuerda que las normas deben ser pocas y necesarias para no “llenar” el niño con órdenes. Otras características importantes son:
– Normas claras y específicas.
– Normas adaptadas a la edad.
– Las normas deben ser referidas a los aspectos básicos como respeto, limpieza, seguridad.
– Las normas deben decirse en positivo.
– Los padres deben ser coherentes con las normas y ejercer la autoridad.
– Los padres deben motivar y reforzar positivamente.
Para que una obediencia se convierta en virtud, Teresa señala que desde los 4 años los padres deben insistir en explicar las razones de las normas, y siempre motivar positivamente el cumplimiento del orden.
Fuentes: http://fnbr.es/124, http://fnbr.es/125
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