Buscar el reemplazo ideal para un directivo no es cosa fácil, y en una empresa familiar la tarea se torna incluso más complicada, sobre todo cuando muchos miembros de la familia se transforman en candidatos potenciales para el nuevo puesto. Los directivos suelen ser las personas que imprimen su carácter en la empresa e impulsan el crecimiento y desempeño de la organización, y es tal vez por esta razón que parece tan difícil elegir al sucesor para puestos claves como el del Director General.
Es necesario que las empresas familiares desarrollen un plan de sucesión, porque solo siguendo dicha estrategia será posible identificar al candidato más idóneo para cumplir con las tareas que impone la organización.
Un plan formal garantiza la continuidad de la organización, muchas veces el plan se deja de lado y por eso no se logra seleccionar a la persona más adecuada para asumir el cargo. Es necesario que la mayor cantidad de personas involucradas con la dirección tomen parte en el proceso de selección del nuevo director, sobre todo los miembros de la familia y la junta directiva, para asegurar que las personas involucradas en la dirección acepten al nuevo directivo.
Si no se lleva adelante el planeamiento de la sucesión, es muy probable que la sucesión falle y la empresa familiar desaparezca incluso antes de llegar a la tercera generación. La mayoría de empresas familiares desaparecen por no aplicar un adecuado proceso de transferencia de las funciones clave. La mayoría de empresas familiares prefiere evadir el tema hasta el último momento, pero para entonces ya es tarde.
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