Un equipo puede trabajar bajo la dirección de un jefe o un líder, el primero es impuesto por la jerarquía de la empresa, mientras el segundo muestra características que le permiten ejercer influencia sobre un grupo para lograr alcanzar ciertas metas. El líder no se impone utilizando la autoridad o el poder, pues en cuanto un líder utiliza alguna de estas características, inmediatamente pierde su liderazgo.
Un líder gestiona utilizando algunos estilos de dirección, puede ser: persuasivo, autoritario, consultivo, participativo o capacitador. Un líder auténtico utiliza todos los estilos de dirección en equilibrio.
El líder debe apoyar a todos los miembros del equipo y debe plantear claramente la meta a alcanzar. Para que los equipos operen con eficiencia no solo se debería plantear metas de corto plazo, porque esta exigencia puede mermar el rendimiento del equipo. Por otro lado al plantear metas de mediano plazo el líder puede trabajar para animar a todo el equipo a alcanzar dichos objetivos.