En Grecia, bailar hace bien al corazón

Un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad Aristotélica de Thessaloniki, en Grecia, reveló que la práctica de danzas tradicionales griegas entre un grupo de hombres adultos, pacientes con insuficiencia cardíaca, demostró importantes beneficios cardiovasculares y alto nivel de motivación.
El estudio fue realizado con tres grupos de comparación, cada uno con 19 hombres: un grupo que realizó el entrenamiento con la danza tradicional griega, otro con la práctica de ejercicio físico formal, y un grupo sedentario, de control. Entre los participantes, había pacientes de la enfermedad arterial coronaria, hipertensión, enfermedad en las válvulas cardíacas o arritmia.
Los resultados revelaron que la danza puede hacer bien al corazón, a lo mejor la danza griega a los griegos. De acuerdo con los investigadores, un programa de rehabilitación cardíaca con danzas tradicionales griegas tienen efectos favorables en la capacidad funcional en pacientes con insuficiencia cardíaca, análogo al observado con el grupo que siguió el programa de ejercicios físicos formales.
Pero el entrenamiento con danza va más allá y logra mejorar la motivación intrínseca y la participación de los pacientes en el programa. Las danzas tradicionales griegas fueron seleccionadas por ser agradables y populares entre los griegos, como parte de la cultura local. De una manera general, la danza es una forma de ejercicio que favorece tanto físicamente como psicológicamente, y además permite más interacción social y diversión.
Procedimiento
Los grupos realizaron los programas por 8 meses. En el grupo de entrenamiento físico, las actividades ocurrieron tres veces por semana, en un gimnasio, con el seguimiento de un entrenador físico experto en rehabilitación cardíaca. Ya el entrenamiento con la danza fue diseñado concretamente para el grupo, por un maestro de educación física, con la misma intensidad que el entrenamiento físico.
Medidas las diferencias con relación al inicio y al fin del estudio, el programa con la danza mejoró la velocidad y el consumo máximo de oxígeno (VO2max) en el 33,8% y se incrementó la tolerancia a la prueba ergométrica en el 48,5%.
Fuente: http://fnbr.es/y7